La provincia iraquí de Al Anbar es fronteriza con Siria, Jordania y Arabia Saudita. Su líder tribal, Faruq al Dufairi, dijo ayer que el lado iraquí de los pasos fronterizos de Trebil (con Jordania) y Al Walid (con la provincia siria de Homs) estaban bajo control de los insurgentes sunitas desde que el domingo de noche se retiraron las tropas del gobierno, informó la agencia de noticias Efe.

El domingo, las autoridades habían reconocido que otro paso fronterizo de esa provincia con Siria, Al Qaem, estaba bajo control de los milicianos liderados por el Estado Islámico en Irak y el Levante (EIIL). Sin embargo, distintos medios parecían apuntar a que todos los pasos entre Irak y Siria, y también entre Irak y Jordania, quedaron fuera del control del gobierno iraquí, un paso clave para el EIIL en el camino hacia su objetivo de crear un califato islámico que reúna parte de Siria e Irak.

Además, en la misma zona se reportaron el viernes los primeros enfrentamientos entre distintos grupos yihadistas, algo que en Siria ocurre desde el año pasado. Aunque el EIIL lidera la ofensiva que comenzó en Irak desde hace 15 días, cuenta con el apoyo de grupos islamistas y baazistas muy diversos. Como el EIIL desafía a Al Qaeda en Siria, donde se enfrenta en particular con las milicias de Al Nusra (respaldado por esa red), las rivalidades se reproducen en Irak. Allí se generó una alianza sunita circunstancial en contra del gobierno, sin que se eliminaran las luchas de poder internas entre los grupos.

Más allá de esas tensiones, los insurgentes sunitas consolidan su control del norte y del oeste de Irak. Durante el fin de semana también tomaron las localidades sirias de Al Muhasan y Al Bulil, al borde del río Éufrates y cercanas al aeropuerto militar de Deir al Zur. Del lado iraquí sumaron ayer parte de la localidad de Tal Afar, en la provincia de Ninive, y su aeropuerto. Antes, el fin de semana, se habían quedado con tres localidades de Al Anbar, provincia en la que tomaron los puestos fronterizos ayer.

Además surgieron las primeras denuncias de crímenes de guerra y violaciones a los derechos humanos. El vocero del Ejército iraquí, Qasem Ata, dijo en conferencia de prensa que cientos de soldados y civiles fueron ejecutados (degollados o ahorcados) por los insurgentes desde que empezó la ofensiva. A su vez, el opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos dijo que se habían descubierto los cadáveres de 30 detenidos supuestamente ejecutados por guardias fronterizos antes de retirarse de la zona de Al Qaem.

Fue en este marco que ayer llegó por sorpresa a Bagdad John Kerry, el secretario de Estado estadounidense. Justo ese día el sur de la capital iraquí sufrió un ataque a un convoy que trasladaba presos, de los que fallecieron por lo menos 71, además de dos policías y cinco suicidas.

En una visita de pocas horas, el jefe de la diplomacia de Estados Unidos pidió a los dirigentes iraquíes “moverse rápido y formar un gobierno para tener respaldo de la comunidad internacional”. Kerry consideró que el EIIL es “un peligro para Irak, los países vecinos, Occidente y Estados Unidos”, y que por eso “los países vecinos tienen que apoyar al nuevo gobierno iraquí, por su propio interés”.

Aunque aclaró que Washington “no puede poner condiciones sobre quién debe participar en el gobierno” porque eso les corresponde a los iraquíes, pidió respetar la fecha fijada para que el Parlamento iraquí surgido de las elecciones de abril elija a su presidente y luego al primer ministro, el 1º de julio. Según dijo Kerry, Al Maliki se comprometió a que así sea. “Cuando los chiitas, los sunitas y los kurdos participen en elegir el gobierno, Irak será más fuerte y más seguro”, agregó.

Además aseguró que el apoyo estadounidense a Irak será “fuerte y sostenido”, y se plasmará mediante una cooperación en materia de inteligencia, formación en entrenamientos militares conjuntos, dotación de armas y equipos de combate para el Ejército y envío de consejeros militares.

El Pentágono recibió ayer garantías legales “aceptables” por parte de Irak para empezar a brindar esa ayuda. Tal como pidió Washington, Irak brindó inmunidad diplomática a los 300 militares estadounidenses que Estados Unidos tiene previsto desplegar, anunció el vocero del Pentágono, John Kirby.

Kerry tenía previsto seguir su gira por Oriente Medio en Erbil, la capital de la región autónoma del Kurdistán, donde se reuniría con el presidente kurdo, Masud Barzani. En el marco de la ofensiva yihadista, esta región está fortaleciendo su independencia respecto de Bagdad y extendió su control a la ciudad de Kirkuk, que los kurdos reclaman como propia desde hace años.