Un candidato desconocido impulsado por el movimiento Tea Party, el profesor de economía Dave Brat, derrotó en elecciones internas al líder de la bancada republicana en Diputados, Eric Cantor, que aspiraba a ser presidente de la cámara baja si era reelecto en las legislativas de noviembre. Además de significar un golpe para la dirigencia tradicional del Partido Republicano, este resultado electoral disparó lecturas distintas acerca de cómo afectará la suerte de la reforma migratoria del presidente Barack Obama.
El Partido Republicano estadounidense está celebrando elecciones primarias los martes, con el objetivo de definir sus candidatos para las legislativas de noviembre, que marcarán la mitad del segundo mandato de Obama. En esa instancia se va a renovar un tercio del Senado, donde el Partido Demócrata se juega su actual mayoría, y la totalidad de las bancas en la Cámara de Representantes, que según las encuestas se mantendrá con mayoría republicana.
Aunque en otras votaciones de estas primarias la puja interna entre los republicanos más moderados (que forman parte de la cúpula del partido) y los candidatos del movimiento ultraconservador Tea Party se mantenía favorable a los primeros, en la interna celebrada el martes en un distrito de Virginia ocurrió lo que el Washington Post calificó de “terremoto” político.
El representante de la mayoría republicana en Diputados, Eric Cantor, al que sus propias encuestas daban como ganador con 35% de ventaja, perdió ante un candidato del Tea Party. El ganador, Dave Brat, es profesor de economía y contaba con un presupuesto de campaña reducido (unos 200.000 dólares) para enfrentar a ese peso pesado del partido, que disponía de todo el financiamiento necesario (dos millones de dólares).
Brat será entonces el candidato a diputado por su partido en noviembre, derecho que se ganó con una campaña en la que acusó a su rival de no haber sido lo suficiente duro con los demócratas, tanto en el momento de negociar el presupuesto nacional, como de cara a la reforma migratoria.
Esta última es una de las grandes prioridades de Obama, pero quedó estancada en el Congreso porque la mayoría republicana de la Cámara de Representantes se niega a debatir un proyecto aprobado hace un año por el Senado, que contempla la posibilidad de que parte de los 11 millones de inmigrantes sin papeles puedan ser naturalizados.
Se sabe que Cantor no era reacio a esa reforma; sin embargo, mantuvo una postura prudente al respecto porque temía que su posición le jugara en contra a la hora de buscar la presidencia de la cámara, cargo en el que esperaba sustituir a su correligionario John Boehner el año que viene.
Más allá de la interna republicana, cuyo liderazgo tradicional quedó sacudido por el poderío electoral que demuestra el Tea Party, el resultado de esa elección interna también generó desconcierto. Varios observadores consideraban ayer, al igual que The New York Times, que la derrota de Cantor enterró la reforma migratoria, porque estiman que la presión electoral no le va a permitir a los republicanos acceder a negociar y que, por lo tanto, la postura republicana se volverá más conservadora de lo habitual.
Otros no están de acuerdo. Algunos señalan que para los demócratas, tener como rivales a candidatos del Tea Party, ultraderechistas, les permite reunir votos de la derecha más moderada, y también hay quienes creen que la derrota de Cantor es una oportunidad para la reforma migratoria. En ese sentido se expresaron ayer varios senadores demócratas de origen latinoamericano, que convocaron una conferencia de prensa.
Según informó la agencia de noticias AP, estos representantes oficialistas llamaron a Boehner a que aproveche la derrota de su número dos para abordar la reforma migratoria. El senador por Nueva York Chuck Schumer dijo que Cantor era el principal obstáculo para esa reforma porque temía que si la apoyaba, eso favoreciera a algún rival del Tea Party a la hora de sustituir a Boehner. Por lo tanto, Schumer le pidió a este último que “tome una decisión” porque “con Cantor fuera, la decisión puede ser más fácil de tomar, no más difícil”.
En tanto, el senador por Virginia Tim Kaine consideró que Cantor, antes de renunciar a su cargo de líder republicano en la cámara (se supo ayer que lo hará en julio), “se verá liberado para hacer más por la reforma migratoria”. Agregó que “es algo que él piensa que debe hacerse”, porque “ahora él no necesita seguir postergando las cosas”; sin embargo, “la pregunta es si otros miembros de la cámara lo seguirán”.