El candidato del movimiento uribista Centro Democrático, Óscar Iván Zuluaga, reconoció anoche su derrota en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales y felicitó al ganador, el actual mandatario, Juan Manuel Santos. “Por convicción democrática, en primer lugar, debo felicitar al presidente Santos por su triunfo”, dijo en su sede de campaña en Bogotá. A pesar de que fue una campaña muy polarizada, Santos había dicho la semana pasada que estaba dispuesto -bajo condiciones- a que Zuluaga participara en su próximo gobierno.

Según los primeros resultados publicados por la Registraduría Nacional del Estado Civil, divulgados apenas una hora después del cierre de las urnas, Zuluaga aparecía triunfante, pero luego Santos se perfiló como ganador.

El mandatario colombiano negocia la paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y prepara un diálogo con la segunda guerrilla, el Ejército de Liberación Nacional. Este proceso de paz fue un tema central en toda la campaña electoral, y obligó a Zuluaga, partidario de una solución armada, a anunciar que seguiría dialogando con estas organizaciones, aunque prometía una postura más dura que la de Santos ante las guerrillas. Los uribistas acusaban a Santos, apoyado por la coalición Unidad Nacional, de manipular políticamente las “ansias de paz” de los colombianos.

Santos, de centroderecha, había llegado segundo en la primera vuelta, con 25,69%, detrás del 29,25% de Zuluaga, que fue ministro de Uribe, al igual que Santos, antes de que este último terminara enfrentado con el ex presidente.

A medida que se fueron dando los resultados parciales (menos de una hora y media después del cierre de las urnas, se habían emitido 14 boletines oficiales), comenzaron los festejos de los seguidores de Santos, instalados en una carpa en Bogotá.

Hasta allí llegaron varios dirigentes políticos y personalidades que apoyaron al presidente en su campaña, entre ellos la ex rehén de las FARC Ingrid Betancourt.

El ex presidente Uribe dijo, al votar, que lo hacía “con tristeza” por las supuestas acciones de las FARC y de bandas criminales “que amenazan con masacres a los votantes de Zuluaga y con fusiles obligan a las personas a votar por el candidato-presidente Santos sin que él pronuncie ni una sola palabra”. Medios colombianos y la organización civil Misión de Observación Electoral coincidieron en que hubo presiones, pero el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, dijo que el Ejército logró “superar esas dificultades”.

El gobierno desplegó un plan de seguridad que involucró a 437.000 militares y policías. Las FARC declararon un cese al fuego unilateral por el balotaje, a diferencia del ELN, que no adoptó esa postura.

Cerca de 15,8 millones de los casi 33 millones de colombianos habilitados fueron a votar. Varios partidos de izquierda, movimientos sociales, sindicatos, artistas e intelectuales -que han sido críticos con la gestión de Santos- terminaron acompañando su candidatura, principalmente por ser partidario de una paz negociada.