El presidente venezolano, Nicolás Maduro, anunció que desde el 1º hasta el 15 de julio se lleva adelante una “revisión exhaustiva” de la gestión del gobierno y “de los mecanismos de funcionamiento”. El gobernante agregó: “Vamos a revisar uno por uno la ejecución de presupuesto, ministerio por ministerio, proyecto por proyecto, meta por meta”. Dijo que después de esa revisión se hará una “reestructuración global” del gobierno para darle “eficiencia” y “honestidad máxima”.

“La revolución tiene que ser cambio permanente hasta que vayamos logrando los niveles de eficiencia de trabajo máximo, para responderle a nuestro pueblo, que es lo más importante”, dijo el mandatario en su programa de radio, En contacto con Maduro.

Con este anuncio el presidente pretende “pasar la página de las peleas” en la interna del chavismo. Desde hace unas semanas, varios dirigentes de la vieja guardia -a los que Maduro calificó como una “izquierda trasnochada”- han criticado la gestión del actual gobierno y han cuestionado que no exista un mayor control sobre la distribución de los fondos públicos. “Ya dijimos todo lo que nos teníamos que decir, listo, ahora la mano está extendida y el abrazo listo para dárselo a todos los compañeros”, concluyó Maduro.

En esta línea, Freddt Bernal, diputado del Partido Socialista Unido de Venezuela, dijo que se invitará al ex ministro de Planificación Jorge Giordani -que inició esta seguidilla de críticas al gobierno- a que exponga sus puntos de vista ante el gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela. El diputado reconoció que el gobierno ha cometido errores en materia económica y consideró que “no estaría mal tener asesores económicos que no sólo sean chavistas, sino que también sean economistas”.

La “revolución dentro de la revolución” propuesta por Maduro será dirigida por un equipo especial de tres miembros: el vicepresidente de Planificación, Ricardo Meléndez, el vicepresidente de Venezuela, Jorge Arreaza, y “el compañero Orlando Borrego”, un cubano que desde abril está asesorando a Maduro en materia económica.

El martes, el mismo día que Maduro hizo estos anuncios, también participó en un acto oficial en el que 189 militares fueron ascendidos y en el cual llamó a la “unión de la Fuerza Armada”, poco después de que dos militares retirados que estuvieron junto a Hugo Chávez en el intento de golpe de Estado de 1992 criticaran al gobierno.

Yoel Acosta Chirinos y Carlos Guyón formaban parte del grupo chavista Vanguardia Bicentenaria Republicana, pero fueron expulsados a fines de junio por diferentes motivos. El martes se pronunciaron en una conferencia en la que Acosta Chirinos afirmó: “La renuncia de Maduro y de los ministros es inevitable; más tiempo es un sacrificio inútil”. Allí también llamó a los militares a “hacer respetar la Constitución”, aunque advirtió que no debe hacerse “de forma violenta”. Por su parte, Guyón sostuvo que si se mantiene el actual gobierno “se producirá una explosión social”.

La opositora Mesa de la Unidad Democrática aprovechó los cruces internos dentro del chavismo y su bancada de la Asamblea Nacional manifestó, en un comunicado, que estas tensiones internas “paralizan” la actuación legislativa. Divulgó el texto después de que ayer tuviera que suspenderse la sesión por falta de quórum, y argumentó que como el oficialismo no alcanza los acuerdos internos y tiene la “necesidad de acallar las voces críticas”, elige no asistir a la Asamblea Nacional.