En medio del revuelo mediático que generó su imputación en una de varias causas en las que aparece su nombre, Sarkozy dio una entrevista conjunta al canal de televisión digital BFM TV y la radio Europe 1. El político de derecha, que gobernó Francia de 2007 a 2012, explicó que si decidió hablar públicamente fue porque “la situación era suficientemente grave” para darles detalles a los franceses sobre “la instrumentalización política de la Justicia actual”.

Así se refirió Sarkozy a la decisión judicial de iniciarle un proceso para investigarlo por corrupción, tráfico de influencias y encumbrimiento de la violación del secreto profesional. Sarkozy tachó esos cargos de “grotescos”.

También fueron imputados, en su caso por tráfico de influencias, su abogado, Thierry Herzog, y el magistrado Gilbert Azibert, que es el fiscal general de la Corte de Casación en lo civil (conocido por sus vínculos con la derecha). El par de Azibert en la Corte de Casación en lo penal, Patrick Sassoust, era sospechoso de haberle dado a Sarkozy, por medio de su colega, informaciones reservadas respecto del avance de una causa con la que estaba vinculado, pero fue liberado sin cargos.

Los tres llegaron a esa situación porque la Justicia dispuso escuchas teléfonicas a Sarkozy y a su abogado en el marco de una investigación que intenta determinar si el ex goberante libio Muamar Gadafi aportó 50 millones de euros a la campaña del ex presidente en 2007. Éste ya había dicho, y lo reiteró ayer, que escuchar a un abogado y su cliente es ilegal. Vestido con un traje negro y actitud solemne, dijo estar “shockeado” por el trato “humillante” que se le dio, y usó varias preguntas retóricas en respuesta a las consultas de los periodistas. “¿Es normal que yo sea escuchado en mis conversaciones más íntimas, es normal que yo sea detenido para ser interrogado durante 15 horas?”, preguntó.

Sarkozy, que es abogado y que luego de que su defensor fuera detenido el lunes decidió defenderse solo, insistió mucho en el carácter político del asunto. Apuntó a que una de las juezas que instruye la causa, Claire Thépaut, integró el Sindicato de la Magistratura, que es de izquierda.

Durante el gobierno de Sarkozy el entonces presidente del sindicato, Mathieu Bonduelle, le escribió una carta abierta en la que lo acusó de haber “violado la separación de poderes, degradado la ley, travestido la realidad judicial, denigrado el trabajo de los profesionales de la Justicia”. Ahora el político acusó a Thépaut de tener la “obsesión política” de destruirlo. “Ser magistrado y de izquierda es un elemento totalmente democrático; ser magistrado y de derecha es un primer elemento [de prueba] de la corrupción”, agregó. Además, acusó a la ministra de Justicia y al presidente de Francia, el socialista François Hollande, de conspirar en su contra.

Consultado sobre los rumores de que será candidato a la presidencia de su partido, la Unión por un Movimiento Popular, Sarkozy dijo que tomará una decisión en agosto o setiembre, pero el diario Le Figaro, muy cercano al ex mandatario, asegura que sus problemas judiciales le están dando más ganas de postularse.