Rostros de profundo dolor se vieron ayer en el funeral de los jóvenes Gilad Shaar, Eyal Yifrah y Naftali Fraenkel, quienes fueron asesinados en Cisjordania y cuyos cuerpos se encontraron el lunes cerca de la ciudad de Hebrón. Decenas de miles de personas se acercaron al asentamiento de Modi’in para dar su último adiós a los jóvenes, cuyas caras sonrientes inundaron los medios de comunicación durante las dos semanas y media en las que se creía que estaban secuestrados.

Muchos jóvenes asistieron al lugar, entre ellos compañeros de curso de los fallecidos, que tenían entre 16 y 19 años. Vecinos de las familias de los jóvenes hicieron vigilia frente a sus casas y acompañaron a sus familiares hasta el lugar del funeral, al que también asistieron el primer ministro, Benjamin Netanyahu, y el presidente, Shimon Peres.

Netanyahu asistió al funeral tras la suspensión del gabinete de seguridad, que comenzó su sesión el lunes, tras el hallazgo de los cuerpos, y se extendió hasta entrada la noche. Finalmente, se decidió suspender la reunión y que continuara después del funeral, para definir medidas que respondan a los asesinatos, por los cuales acusan al movimiento islamista Hamas.

Según informaron medios israelíes, no hay acuerdo sobre cómo debe proceder el gobierno, que es una coalición que incluye partidos que van desde el centro a la ultraderecha del espectro político. Estos últimos exigen una reacción fuerte contra Hamas y su bastión, la Franja de Gaza. Sin embargo, el partido de Netanyahu, Likud, y el propio primer ministro, prefieren los ataques selectivos, como los realizados anoche contra 34 objetivos en la Franja de Gaza, entre ellos las casas de las dos personas que Israel identificó como sospechosos de los secuestros y asesinatos: Marwan Qawasme y Amar Abu Ayash, ambos de la ciudad de Hebrón. Sus casas ardieron en la madrugada de ayer, al igual que otros domicilios y edificios en los que Hamas desarrollaba actividades.

El Ejército israelí informó sobre los ataques selectivos y aseguró que no se trata de una reacción al hallazgo de los cuerpos sino de una respuesta al lanzamiento de cohetes desde Gaza a territorio israelí, que se intensificó desde que Israel desplegó en territorio ocupado un megaoperativo para buscar a los jóvenes cuando se creía que estaban secuestrados.

Desde Gaza, varios medios informaron que Hamas había previsto estos bombardeos, por lo cual desalojó sus centros de actividades y ordenó a sus militantes que abandonaran sus casas. Así lo hicieron los sospechosos -prófugos desde al semana pasada- y sus familias, por lo que los incendios no causaron muertes.

Mientras el gobierno sigue sin definir cómo reaccionar, cientos de militantes de ultraderecha bloquearon las entradas de Jerusalén con una manifestación en reclamo de “venganza” por el asesinato de los adolescentes. La violencia de la movilización llevó a que fueran detenidos 32 jóvenes que participaron en ella; 28 de ellos por causar destrozos y cuatro por intentar linchar a dos árabes que trabajaban en el centro de Jerusalén. El cronista del portal de noticias israelí Ynetnews.com -vinculado al diario más leído de ese país, Yedioth Ahronoth- informó que al menos ocho personas árabes fueron atacadas por los manifestantes.