Nicaragua dio ayer detalles sobre el recorrido de un canal interoceánico que construirá una empresa china y que competirá con el de Panamá. El deseo de contar con un canal de este tipo tiene una larga historia en Nicaragua y el presidente, Daniel Ortega, anunció a comienzos del año pasado que había logrado un acuerdo con una empresa china para que hiciera la inversión necesaria.

Varios intentos

El presidente nicaragüense, Daniel Ortega, se refirió al proyecto de canal como “un gran sueño” de su país. Por su parte, el titular del Congreso, René Núñez, repasó la historia de esta iniciativa cuando fue aprobada, en junio de 2013. Dijo que Nicaragua acordó varias veces concesiones de gestión a posibles constructores del canal. Lo hizo en 1833 con capitales holandeses, en 1849 con el empresario estadounidense Cornelio Vanderbilt y en 1887 con Estados Unidos, por 99 años. En 1904, el Congreso estadounidense decidió que no lo construiría -optó por hacer el canal de Panamá-, pero entre 1914 y 1971 hubo un nuevo acuerdo para la construcción, que nunca se concretó.

Probablemente Ortega tenía esos recuerdos en la retina cuando instó a Barack Obama a atraer inversores de su país: “Presidente, nosotros vamos con el canal por Nicaragua, estamos trabajando con una empresa china, y claro que nos interesaría que inversionistas norteamericanos participen en este proyecto”.

El canal, que tendrá un ancho de entre 230 y 520 metros y una profundidad de hasta 30 (el de Panamá tiene 12), atravesará el sur del país, donde el camino entre ambos océanos es más corto, y pasará por el Gran Lago de Nicaragua. De los 278 kilómetros de longitud del canal, 105 atravesarán este lago. El Gran Canal Interoceánico contará con dos canales, uno para embarcaciones y otro para un ferrocarril. Tendrá dos puertos de aguas profundas de gran capacidad -uno en cada costa oceánica- y una zona de libre comercio que ofrecerá más de 130.000 puestos de empleo, según la propuesta presentada ayer por la empresa concesionaria.

Además, contará con un complejo turístico “de primer nivel” y un aeropuerto en la costa del Pacífico del canal, que cubrirá rutas internacionales de largo y mediano alcance. La empresa informó que la construcción comenzará en diciembre, pero el gobierno señaló que todavía faltan algunos estudios de impacto, especialmente sobre el medio ambiente.

En junio de 2013 fueron aprobados los proyectos de ley necesarios para lanzar el proyecto, con el voto de la bancada oficialista (61 de 92), en una sesión que estuvo precedida por una protesta. Los opositores al proyecto, en su mayoría organizaciones sociales y partidos políticos, acusaron a Ortega de ser un “vendepatria” y “entregar la soberanía” nicaragüense al grupo chino HK Nicaragua Canal Development Investment Co. Las leyes aprobadas implican que Nicaragua entrega a este grupo una concesión por 50 años, prorrogables por otros 50, del Gran Canal Interoceánico y sus alrededores. Se estima que la construcción estará terminada en diez años y que tendrá un costo de 40.000 millones de dólares.

Varios grupos de activistas medioambientales han protestado por el impacto que este proyecto tendrá en el Gran Lago de Nicaragua, pero el gobierno les ha respondido que aún no hay suficientes estudios para verificarlo. La oposición política también se ha mostrado contraria a un proyecto que califica de irreal, y ha dicho que Ortega ha hecho un uso “populista” de éste. También ha cuestionado el interés de China en invertir en Nicaragua con un proyecto de estas características. Si bien el gobierno chino no está involucrado en la inversión, se vería beneficiado, ya que su país trabaja -cada vez más- con materia prima latinoamericana, cuyos costos de transporte disminuirían de forma considerable con este nuevo canal.

Una de las principales ventajas de este proyecto es que cuenta con una profundidad mayor que la del canal de Panamá, lo que permitirá transportar más toneladas. Gracias a esto, el nuevo canal podrá captar a aquellas empresas transportadoras que quieran aumentar la carga que trasladan en cada viaje, en especial si se considera que el canal de Panamá está saturado en su capacidad, factor por el cual en 2007 se iniciaron distintas obras de ampliación, cuya culminación está prevista para el próximo año, para duplicar su capacidad de carga de 300 a 600 millones de toneladas por año. El gobierno nicaragüense estima que el nuevo canal va a captar 3,9% de la carga marítima mundial y permita el paso de algunos buques muy grandes que pueden recorrer muy pocas rutas marítimas.