Un cuarto de la población de Venezuela, 7,6 millones de personas, está inscripto como militante del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y podía votar ayer en las elecciones de delegados al Congreso de esa organización política, según los números oficiales. El Congreso del PSUV está convocado del sábado 26 al viernes 31, participan 537 delegados y su cometido es definir las políticas a seguir. También tiene en la agenda rendir homenaje a su líder, Hugo Chávez, que murió en 2013 y que el lunes 28 cumpliría 60 años.

El nombre de Chávez es invocado tanto por el presidente Nicolás Maduro como por las voces críticas hacia su gestión que han surgido en los últimos tiempos en el oficialismo. Primero fue el ex vicepresidente de Planificación Jorge Giordani quien acusó a Maduro de falta de liderazgo y cuestionó la transparencia y la política económica del gobierno. Después lo siguió el ex ministro Héctor Navarro, que integra la Dirección Nacional del PSUV y que fue suspendido del partido.

Otra voz crítica es la de Gonzalo Gómez Freire, líder de la corriente Marea Socialista. El fin de semana dijo en una entrevista con el diario El Universal que su grupo apoya al Ejecutivo de Maduro pero se propone “presionar y halar al gobierno hacia la izquierda” en el Congreso para evitar que se “corra demasiado hacia donde no tiene que ir”. Esa dirección que considera equivocada es la de una creciente burocratización permeable a los intereses de los sectores más ricos. Desde la muerte de Chávez, “se ha agudizado la presión de la burguesía y el imperialismo para tratar de torcerle el brazo al gobierno”, dijo, y consideró que varias políticas en marcha son consecuencia de esas tensiones, entre ellas las que intentan frenar el aumento de los precios o las vinculadas con el acceso a dólares.

Consultado por el periódico venezolano acerca de si esas presiones están dentro del PSUV, Gómez Freire afirmó: “La burguesía impacta sobre el PSUV y tenemos un problema de burocratización de un sector [...], se ha ido formando una casta de funcionarios que se benefician de las transacciones del Estado. Donde hay un empresario corrupto, hay funcionarios corruptos. Se da una complicidad entre burocracia y capital”.

Consideró que en ese aspecto es que ocurre “la discusión entre pragmáticos y los que formarían parte de esa supuesta izquierda trasnochada”, dijo. Días atrás, Maduro había lamentado la existencia de una izquierda de ese tipo, que ponía trabas al proyecto chavista.

El líder de Marea Socialista dijo que no hay corrientes enfrentadas dentro del chavismo ni censura a los cuestionamientos: “Lo que hay es crítica contra los críticos, decir que la crítica le hace daño al proceso, que los críticos son sospechosos de ser de la CIA. Hasta allí llegan las cosas”.

Más Maduros

El presidente venezolano, que en el Congreso podría convertirse también en el titular del PSUV, tenía ayer sus candidatos en la interna. Entre esos dirigentes y militantes leales se contaban Diosdado Cabello, vicepresidente del partido y presidente de la Asamblea Nacional; Rafael Ramírez, ministro de Economía y responsable de la industria petrolera; Haiman el Troudi, ministro de Transporte Terrestre; Ernesto Villegas, ministro para la Transformación Revolucionaria de la Gran Caracas; y su propio hijo, Nicolás Ernesto Maduro Guerra, de 24 años.

Los llamados a la unidad y a respaldar la “revolución dentro de la revolución” que promete Maduro surgieron de varios líderes cercanos al presidente. A los opositores que “creen que van a llegar a la presidencia porque el chavismo se va a dividir”, Cabello les dijo que eso no va a pasar. De todos modos, en otra oportunidad reconoció que cuando se acerca el congreso “surgen siempre las voces que jamás y nunca mueven un dedo para ganar una elección, pero que ahora quieren ir al Congreso [...]. Los oportunistas”.

También Maduro advirtió que en época de elecciones hay sectores y dirigentes que dicen: “Aquí estoy yo. ¿Pa qué soy bueno? Pa ser candidato”, y que son los que intentan dividir al partido porque tienen “los antivalores de la ambición personalista por el poder”, aunque “se vistan de rojo-rojito”. Ayer, cuando fue a votar, Maduro llamó a la participación y a la unidad, y afirmó: “El Congreso del PSUV es para unificarnos en una sola visión”.