Los matrimonios Obama y Clinton compartieron mesa el miércoles de noche en la fiesta de Vernon Jordan, un asesor demócrata. El encuentro entre Obama y su ex secretaria de Estado generó expectativas luego de la polémica desencadenada por las críticas que hizo Hillary Clinton a la política exterior del presidente.

En una entrevista publicada el 10 de agosto por la revista estadounidense The Atlantic, Clinton, que lideró la diplomacia estadounidense durante el primer mandato de Obama (2009-2013), repasó distintos temas de la política internacional. Acerca del conflicto en Gaza, después de que Obama llegara a condenar los ataques de su aliado Israel que afectan a civiles palestinos, ella se mantuvo en una clara defensa de ese país. “Israel tiene derecho a defenderse. Las maniobras de Hamas para insertar en zonas civiles lanzaderas de misiles, instalaciones de comando y de control, las entradas de sus túneles, dificultaron la respuesta de Israel”, dijo, retomando argumentos israelíes. Sin embargo, agregó que ese país, “como todo Estado democrático, debe hacer todo lo que pueda por limitar las víctimas civiles”.

También destacó sus propios logros en el conflicto entre israelíes y palestinos. “Yo obtuve las últimas negociaciones cara a cara entre [el líder de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud] Abbas y [el primer ministro israelí, Benjamin] Netanyahu”, dijo.

Acerca de Siria, afirmó que ella se había inclinado a armar y entrenar “un grupo” de la organización armada opositora Ejército Libre Sirio para evitar la situación actual, en la que las divisiones en la oposición dejaron “un gran vacío que los yihadistas ocuparon”.

También emitió una crítica a la actitud del gobierno en general. “Cuando uno se subestima, adopta un perfil bajo, retrocede, no se toman mejores decisiones que cuando uno se destaca de forma agresiva y belicista. Uno de los problemas que tenemos es que no comunicamos muy bien lo que queremos hacer. Las grandes naciones necesitan principios directores”, dijo. En ese marco, se refirió a una frase a menudo presentada como la línea del gobierno de Obama en materia de política exterior: “No hacer idioteces”. Clinton opinó: “’No hacer idioteces’ no es un principio rector”. Sobre este punto le respondió un ex consejero y estratega de la campaña de Obama en 2008, David Axelrod. “Sólo para aclarar: ‘No hacer idioteces’ quiere decir cosas como ocupar Irak, que fue una decisión trágicamente mala”, escribió en Twitter. De esta manera Axelrod hizo referencia a que Clinton formó parte del grupo de senadores demócratas que votaron a favor de la guerra en Irak, y que luego se arrepintió.

“El presidente y la primera dama [Michelle Obama] están muy contentos de haber tenido la oportunidad de pasar tiempo con la ex secretaria de Estado Clinton y el ex presidente Clinton”, fue lo único que comunicó la Casa Blanca sobre el encuentro del miércoles. Ese día, más temprano, Clinton había llamado a Obama “para asegurarse de que sabe que nada de lo que dijo es un intento de atacarlo a él, o a sus políticas o su liderazgo”, dijo el vocero de Clinton, Nick Merrill. El vocero adjunto de la Casa Blanca, Eric Schultz, había dicho luego de ese llamado que Obama “mira más allá” de la disputa y que “aprecia el consejo y el asesoramiento” de la ex secretaria de Estado, “pero sobre todo su amistad”.

El apoyo a Clinton, que aún no se declaró precandidata demócrata a la presidencia en 2016, pero dio todas las señales de que se postulará, bajó en los últimos meses ante varios de los posibles candidatos republicanos, según reveló ayer una encuesta, realizada entre el 4 y el 7 de agosto, justo antes de que se publicara la entrevista con The Atlantic. Es probable que esas posturas le valgan alguna simpatía entre el electorado republicano, y que le sirva desmarcarse de un Obama cuya gestión suma 55% de desaprobación. El apoyo a las políticas internacionales del mandatario se ubica entre 30% y 40%.