La lectura de su currículum podría hacer pensar que es un académico tradicional; doctor en Ciencias Políticas, licenciado en Derecho, cursó varios estudios de posgrado que lo llevaron a Suiza, México y Estados Unidos. Desde 2002, Pablo Iglesias publicó más de 30 artículos en revistas académicas, de acuerdo con su perfil en Google Académico (http://scholar.google.es). Es profesor de Ciencia Política en la Universidad Complutense de Madrid, y sus temas de estudio, según indica en ese perfil, son la acción colectiva (su tema de su tesis de doctorado), la comunicación política, América Latina y la teoría política.

La imagen de Pablo Iglesias, que nació un 17 de octubre de hace 35 años, no responde al estereotipo del político. Pero no se trata sólo de la apariencia. Este politólogo se convirtió, en cuestión de meses, en un temido dirigente político que amenaza tanto al gobernante Partido Popular (PP), de derecha, como al socialdemócrata Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y a Izquierda Unida (IU). Su pareja, Tania Sánchez Melero, es diputada de esta última fuerza política, y su padre, Javier Iglesias, fue varias veces “candidato testimonial” por ese partido.

Según el último estudio de opinión pública del Centro de Investigaciones Sociológicas de España, si las elecciones fueran hoy, el PP obtendría 30% de los escaños en el Parlamento, el PSOE 21,2% y Podemos, el partido de Iglesias, 15,3%. Además de pisarle los talones al partido tradicional de centroizquierda, la fuerza política del joven intelectual, creada en enero, le quitó el tercer lugar a IU.

Lo más llamativo de la encuesta es que, si el presidente del gobierno se eligiera de forma directa, y no estuviera a cargo del Parlamento, el líder de Podemos reuniría 11,9% de los votos y superaría al del PSOE, que obtendría 10,6%. Entre quienes votaron en 2011 al PSOE, 16,9% piensa votar a Podemos en 2015, y lo mismo sucede con 26% de quienes votaron a IU. Los socialistas advierten que ese sondeo fue realizado antes de que asumiera su nuevo líder, Pedro Sánchez, y que Podemos aún se beneficia de los coletazos de las elecciones europeas, pero estas cifras no dejan de ser una señal.

En las elecciones europeas de mayo, Podemos sumó más de 1.240.000 votos, consiguió cinco bancas y se convirtió en la cuarta fuerza política. Como si fuera poco, cuando Iglesias asumió su escaño de diputado en Bruselas en junio, el Grupo Confederal de la Izquierda Unitaria Europea, al que se integró Podemos, lo eligió como su candidato a presidente del Parlamento Europeo.

En la TV

¿Cuál es el secreto de Iglesias para lograr poner en peligro partidos que han dominado la política española desde la vuelta a la democracia? Él mismo da la respuesta en una carta de agradecimiento que publicó a principios de julio en su página web, cuando el equipo de Cartelera Turia, la revista cultural más antigua de España, le dio el premio a la mejor “contribución política del año”.

“Suelo decir que la gente no milita en los partidos políticos; milita en los medios de comunicación. Desde el principio, en Podemos, tuvimos siempre claro que nuestra apuesta pasaba por dar la batalla en este espacio, tan mayoritario como duro y exigente. Los resultados de las últimas elecciones europeas nos han demostrado que, a pesar de las voces iniciales en contra, esta estrategia era la correcta”, escribió.

Tanto el Iglesias político como Podemos surgieron de un programa de televisión, primero difundido por internet y después por televisión digital. Ese programa, La tuerka, sirvió de laboratorio y de práctica mediática en el marco de la cual Iglesias aprendió a manejar los códigos de la televisión, junto a varios de sus colegas de la Universidad Complutense que integran el núcleo duro inicial de Podemos. Ese programa fue un trampolín político y mediático para el politólogo, del que muchos dicen que está canalizando el descontento por la crisis económica y que capta los votos de quienes participaron en el movimiento de los “indignados”.

Antes de dar el salto al programa, Iglesias se movía en ámbitos de tertulias académicas y foros políticos. Allí se mezclaba gente muy diversa, entre ellos algunos militantes de Izquierda Anticapitalista, movimiento que ahora integra Podemos.

En La tuerka, que se define como “guerrilla comunicacional”, Iglesias es conductor. Sus actuales compromisos políticos hacen que no siempre aparezca frente a la cámara y sea sustituido, pero él sigue siendo director del programa, y sus invitados son políticos de diversas tendencias con los que debate. Así fue que sedujo, gracias a su capacidad de mantener la cordura y usar sus argumentos en cualquier circunstancia, y que empezó a cuajar su discurso “anticapitalista”, “anticastas” (como se les dice en España a aquellos que se oponen a los políticos tradicionales) y defensor de una democracia más directa y participativa, liberada de la “dictadura de los mercados” y de la “Troika” (la Unión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional, que impusieron rescates a cambio de recortes en el sur de Europa).

Su éxito llevó a que se convirtiera en invitado habitual de diversas tertulias en canales privados como Cuarto y La Sexta. Iglesias está ahora como en casa en programas como Las mañanas de Cuatro, Al rojo vivo y La sexta noche. Además, desde enero de 2013 también conduce un programa en el canal público iraní emitido por cable en América Latina, Hispan TV, que se llama Fort Apache y es similar a La tuerka.

Izquierda en la sangre

Los padres de Iglesias, que han sido consultados por varios medios españoles, aportan algunos elementos más para conocer a su único hijo y al fenómeno que representa. Ellos le pusieron Pablo en homenaje al marxista Pablo Iglesias Possé, fundador del PSOE y de la Unión General de Trabajadores, relataron tanto María Luisa, abogada laboral, como Javier, inspector de Trabajo y Seguridad Social y profesor de Historia jubilado. Tanto del lado materno como paterno, sus abuelos también eran de izquierda. A los 14 años, Pablo se afilió a las Juventudes Comunistas de España.

La madre insistió, consultada por el diario español El País, en que “la lucha por la clase obrera” es parte de la familia “desde el siglo XIX”. Entrevistado por el diario valenciano Levante, justo después de la hazaña de su hijo en las elecciones europeas, Javier destacó que él “es un buen estudioso de Maquiavelo, y se le nota”, para explicar que se negara a festejar el resultado, porque el objetivo era derrocar a los partidos tardicionales y eso aún no se había alcanzado.

Luego, en junio, padre e hijo fueron entrevistados juntos en el programa televisivo Las mañanas de Cuatro. En esa oportunidad, el padre aseguró que Pablo fue un niño “normal” y “simpático”, nada que ver con la idea de un estudioso retraído, aunque siempre fue buen alumno. Según su progenitor, en su infancia ya tenía “la capacidad que tiene de convencer y de entusiasmar a la gente que está a su alrededor”. Consultado sobre quién de los dos “es el más rojo” políticamente, el padre respondió: “Creo que con la edad hemos terminado por coincidir en el mismo nivel, sobre todo porque le admiro”.

Fuego cruzado

A medida que se fue convirtiendo en una amenaza para los partidos tradicionales, Iglesias se convirtió en blanco de las críticas. Pero el líder de Podemos no se queda de brazos cruzados. Tanto es así, que denunció a la presidenta del PP de Madrid, Esperanza Aguirre, y al periodista del diario El Mundo Eduardo Inda por haberlo vinculado con ETA y acusado de recibir dinero del gobierno de Venezuela (unos 3,7 millones de euros por intermedio de una fundación cercana a Podemos), algo que Iglesias niega.

En un comunicado, a principios de julio, Podemos manifestó que las declaraciones de Aguirre fueron publicadas en la web del PP y en el blog de ella (http://ladiaria.com.uy/UFQ). El texto afirma que esas acusaciones “perturban gravemente el orden social, [...] dificultan el derecho constitucional a la participación política de las personas que pertenecen o podrían pertenecer a Podemos” y “son declaraciones que pueden llegar a incitar al odio y servir para legitimar comportamientos violentos y antidemocráticos” contra esa fuerza política.

El 20 de julio, Aguirre aceptó enfrentar a Iglesias en un debate por televisión, emitido en La sexta noche. Para empezar, le dijo a Iglesias: “¿Está contra ETA? Pues que lo repita conmigo: ‘Los etarras son unos asesinos’”. Así dio el tono de la discusión que el politólogo dio vuelta en su contra. Le recordó los acuerdos que el gobierno español firmó con China y los negocios del grupo Villar Mir, vinculado al partido de gobierno, con Arabia Saudita. “Repita conmigo, ‘yo no hago negocios con dictaduras’”, respondió Iglesias a Aguirre, a la que llamó “la condesa”. Aguirre aseguró: “Si pudiera, él me mandaría a la guillotina”. Iglesias aclaró: “Podemos condenar la actividad de ETA” y “a todos los que violan los derechos humanos sean del color que sea”. “Repita usted conmigo: ‘la trama Gürtel firmó contratos mientras yo era presidenta’”, agregó Iglesias en referencia a un conocido caso de corrupción que involucra al PP. El debate tuvo tanto éxito que se creó un hashtag en Twitter que fue trending topic mundial, llamado #RepitaConmigoSñraAguirre.

En los últimos días, varios medios señalaron que el PP resolvió dejar de jugar el juego de Iglesias y tratar de no darle importancia y de hablar lo menos posible de él. Otros medios especulan sobre una eventual alianza con el PSOE, a la que Iglesias no parece estar dispuesto, y también a una nueva estrategia de los socialdemócratas, que estarían preparándose a enfrentar al politólogo en su propio terreno: las tertulias por televisión.