La localidad de Ferguson, en el estado de Missouri, de 21.000 habitantes, está conmocionada por la muerte de Brown, que recibió varios disparos por parte de un policía el sábado de tarde, en un episodio sobre el cual hay dos versiones. Dorian Johnson, un amigo de Brown que iba junto a él cuando recibió los disparos, dijo al canal de televisión local WALB que iban caminando por la calle cuando un policía, desde un auto oficial, les pidió que subieran la vereda. Ellos no respondieron al pedido; el policía se bajó y les disparó, y ellos salieron corriendo. Después del segundo disparo, Brown se detuvo y giró con sus manos en alto. El policía se acercó a él y le disparó varias veces.

El jefe de la Policía del condado de Saint Louis, Jon Belmar, dio otra versión. Dijo que uno de los dos jóvenes empujó al policía dentro del auto y lo atacó, y que éste se defendió. Belmar coincidió con Johnson en que Brown no estaba armado. El cuerpo fue encontrado a diez metros del móvil policial.

La Policía no dio a conocer la identidad del funcionario que disparó. Sólo informó que trabaja en la Policía desde hace seis años y está haciendo uso de un permiso administrativo para no estar en funciones. Varios testigos aseguraron que el policía es blanco y respaldaron la versión de Johnson.

La madre del joven, Lesley McSpadden, dijo que su hijo estaba por empezar la universidad. “¿Tienen idea de lo que me costó que se quedara en la escuela y se graduara?”, preguntó ante las cámaras del canal local KMOV.

El FBI informó que abrió una investigación para verificar si los derechos civiles de Brown fueron respetados, pero esto no implica que se haga cargo de la investigación del caso, que está en manos de la Policía de Ferguson y es monitoreada por el Departamento de Justicia. Su titular, Eric Holder, que en 2008 se convirtió en el primer fiscal general negro de Estados Unidos, emitió un comunicado en el que pide una “exhaustiva revisión” del caso para “preservar la confianza entre los agentes de seguridad y las comunidades a las que sirven”.

La muerte de Brown generó convocatorias a vigilias todas las noches desde el sábado, y todas terminaron con algún episodio violento, además de enfrentamientos entre quienes exigían justicia y los policías. Lo ocurrido fue un disparador para que esta localidad -70% negra- denuncie los abusos que sufre por parte de la Policía -mayoritariamente blanca-, que incluyen hostilidad racial y actuación arbitraria.

Algunos aspectos particulares también han llamado la atención en los últimos días, como el éxito del hashtag de Twitter #IfTheyGunnedMeDown (Si me matan a tiros), que fue utilizado por primera vez por el abogado negro CJ Lawrence como una forma de protesta por la elección de fotos que hacen algunos medios conservadores al cubrir noticias que involucran a un negro. La primera fotografía utilizada para la cobertura del caso del corpulento Brown fue de su graduación, donde se lo ve con los tradicionales birrete y túnica de esas ceremonias. Luego apareció, cada vez más, una foto en la que aparece con una musculosa deportiva haciendo un gesto con las manos que para algunos es de paz y para otros, de pertenencia a pandillas.

El cambio en las fotos de Brown provocó la creación del hashtag, bajo el cual decenas de miles de personas han publicado dos fotos disponibles en sus cuentas de redes sociales -de donde fueron extraídas las de Brown-, una en un contexto “positivo” y otra en uno “negativo”, para explicar las segundas y mostrar que también las imágenes pueden ser sacadas de contexto.