Paulo Roberto Costa fue director de Abastecimiento y Refinamiento de Petrobras entre 2004 y 2012. En lo que va del año fue detenido dos veces, acusado de lavar el dinero que obtenía gracias a maniobras corruptas en la empresa. La última detención fue en junio y continúa detenido. En agosto Costa llegó a un acuerdo con la Justicia para una eventual reducción de la pena y reveló una supuesta red de corrupción alrededor de Petrobras.
Según medios brasileños que citan a la revista Veja, que publicó la información en exclusiva, Costa involucró a decenas de políticos. Entre ellos se cuentan el ministro de Minas y Energía, Edison Lobão, del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), y el ex ministro de Ciudades, Mário Negromonte, del Partido Progresista (PP), así como el tesorero del Partido de los Trabajadores (PT), João Vaccari Neto. A ellos se suman 12 senadores y 49 diputados -incluidos los presidentes de las cámaras, el diputado Henrique Eduardo Alves y el senador Renan Calheiros, ambos del PMDB- y el presidente del PP, el senador Ciro Nogueira.
También figuran en la lista Sérgio Cabral, ex gobernador de Río de Janeiro y dirigente del PMDB; Eduardo Campos, ex gobernador de Pernambuco, que fue candidato presidencial del Partido Socialista Brasileño (PSB) y murió en un accidente aéreo el mes pasado; y Roseana Sarney, del PMDB, gobernadora de Maranhão. Los tres son estados en los que Petrobras ha impulsado importantes obras en los últimos años.
Si bien el PSB y el PP son actualmente partidos opositores, en el período al que corresponden las denuncias integraban la alianza de gobierno. Según Costa, las empresas contratadas por Petrobras tenían que contribuir con 3% de lo que les pagaban a un fondo paralelo, ilegal, que el gobierno utilizaba para repartir entre los partidos de la base aliada. Este fondo paralelo, asegura, era gestionado por el tesorero del PT y se utilizaba sobre todo para financiar campañas políticas. No está claro si los gobiernos estaduales se beneficiaban también de ese 3%.
Las acusaciones fueron presentadas por Costa en sus testimonios ante la Policía Federal, que en Brasil se encarga de realizar las investigaciones para la Justicia, y que ya las envió al Supremo Tribunal Federal. Será esta corte la que defina si acepta esta declaración a cambio de una eventual rebaja de penas, y la que decidirá qué pasos seguir.
El secretario general de Presidencia, Gilberto Carvalho, desestimó la denuncia pero reconoció que “sin la reforma política y sin acabar con el financiamiento empresarial de la campaña [al que el PT se opone] no tenemos cómo acabar con la corrupción”.
Rousseff, candidata a la reelección, dijo que le gustaría conocer la información de las denuncias de primera mano. “Les aseguro que tomaré todas las medidas apropiadas, pero no a base de especulaciones”, dijo.
Por su parte, Marina Silva, candidata presidencial del PSB en sustitución de Campos, afirmó que quiere “la verdad” y lamentó que él esté incluido en la denuncia porque “cualquier acusación sobre una persona que no está para defenderse puede ser una gran injusticia”.
Quien intentó aprovechar estas denuncias fue Aécio Neves, candidato del opositor Partido de la Social Democracia Brasileña, tercero en las encuestas. Aseguró que la red de corrupción que denuncia Costa es similar a la del mensalão y que Rousseff “no puede decir que no sabía nada”. En un video colgado en la red social Facebook, Neves dice que en estas elecciones enfrenta “a un grupo que utiliza el dinero sucio de la corrupción para mantenerse en el poder”.
Con Marina
El Club Militar de Brasil, que reúne a oficiales retirados, respaldó a Marina Silva en la sección “Pensamiento del Club Militar” de su página web. Dijo que es una candidata de “declaraciones vagas”, con “un flaco apoyo político”, pero es “la esperanza de algo nuevo y diferente”. Los objetivos del Club Militar son la preservación de la Ley de Amnistía (que ninguno de los candidatos favoritos cuestiona) y el regreso de los militares a la titularidad del Ministerio de Defensa.
Otro apoyo a Silva llegó del presidente del banco Itaú, Roberto Setúbal. Dijo que “la elección de Marina sería una evolución natural”, y la destacó como “un ejemplo positivo en el escenario electoral” para las necesidades del sector empresarial.