Hasta ahora los bombardeos lanzados por la coalición liderada por Estados Unidos habían caído sólo sobre Irak, aunque se había anunciado que se ampliarían a Siria. Ante esta posibilidad, el gobierno del presidente sirio, Bashar al Assad, había advertido que cualquier acción militar en su territorio debía contar con su visto bueno; de lo contrario sería considerado un ataque. Su posición fue secundada por su aliado Irán. Desde un principio, la coalición descartó la posibilidad de asociarse con Al Assad, que desde hace tres años enfrenta una guerra civil en su país.

Tras los 14 bombardeos de la madrugada de ayer, la cancillería siria manifestó en un comunicado que el gobierno de Al Assad fue informado de la ofensiva algunas horas antes de que comenzara. Hay varias versiones sobre cómo fue esa comunicación. La cancillería siria dijo que fue indirecta, que el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, informó a la cancillería iraquí, que a su vez transmitió el aviso a Damasco. La agencia estatal siria de noticias, Sana, informó que Estados Unidos avisó al enviado de Siria ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU). El Departamento de Estado, por su parte, dijo en un comunicado: “No coordinamos nuestras acciones con el gobierno sirio. No les proporcionamos ninguna notificación previa a nivel militar o les dimos indicación alguna del momento del ataque u objetivos específicos”.

Entre varios

Los ataques estuvieron dirigidos a las zonas que EI domina en las provincias de Al Raqqa, Al Hasakah (norte) y Deir ez Zur (este), y a una localidad totalmente dominada por el grupo, Al Bukamal, situada en la frontera con Irak, donde está uno de los pasos fronterizos dominados por EI. Los ataques estaban dirigidos a combatientes, centros de entrenamiento, bases, instalaciones de comando y control, un centro financiero, camiones de abastecimiento y vehículos armados, informó el Comando Central, que agregó que según los primeros balances fueron efectivos y “destruyeron o dañaron” varios de estos objetivos.

El Comando Central, un grupo estadounidense que se encarga de las operaciones en Medio Oriente, informó que el ataque fue realizado por aviones bombarderos, cazas, drones y lanzamisiles, y que, además de Estados Unidos, participaron Jordania, Barhéin, Emiratos Árabes, Qatar y Arabia Saudita. El portavoz del Departamento de Defensa, contraalmirante John Kirby, dijo que no todas las naciones árabes participaron directamente en los ataques aéreos, pero sí colaboraron de una u otra forma. Barhéin informó que aportó “un grupo de cazas” de su Fuerza Aérea a la operación. Por su parte, el ministro jordano de Información, Mohamad al Momani, dijo a la cadena catarí Al Jazeera que los bombardeos van a continuar en los próximos días. No se informó de que participaran en la ofensiva los países europeos que integran la coalición.

En dos informes, el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos informó que los ataques causaron la muerte de 70 milicianos de EI, 50 del Frente Al Nusra -representante de Al Qaeda en Siria- y ocho civiles.

Camino a seguir

La cancillería de Siria informó que el gobierno apoya “cualquier esfuerzo internacional en la lucha contra el terrorismo” y que su Ejército continuará enfrentando a los grupos yihadistas en su territorio. Aun así, agregó que el gobierno “insiste en el respeto de la soberanía nacional y de las leyes internacionales”. Por su parte, la cancillería de Rusia, país aliado de Siria, consideró “inadmisible” el ataque en territorio sirio sin el aval del gobierno de Al Assad. “Los intentos para conseguir objetivos geopolíticos propios mediante la violación de la soberanía de otros Estados sólo intensifican las tensiones y agravan aun más la situación”, dijo la cancillería en un comunicado citado por la agencia de noticias rusa Ria Novosti.

En solitario

Estados Unidos efectuó ocho bombardeos contra las posiciones en Siria del grupo radical Khorasan (ver la diaria del 23/09/2014), vinculado a Al Qaeda. Según la Inteligencia estadounidense, el grupo tenía instalaciones en el oeste de Alepo que incluían campos de entrenamiento, centros de comunicaciones y locales para la fabricación de explosivos. Allí estaba enseñando a insurgentes cómo fabricar bombas, y trabajaba con el objetivo de lanzar ataques “inminentes” contra “Estados Unidos e intereses occidentales”.

El presidente estadounidense, Barack Obama, se refirió al ataque antes de partir hacia la Asamblea General de la ONU, que comienza hoy, en la que buscará recabar apoyos para la coalición que lidera. Ayer, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, manifestó su respaldo a las acciones militares que lidera Estados Unidos en Siria. Reconoció que el gobierno de este país no autorizó los ataques, pero recordó que fue informado antes de lanzarlos. Además, llamó a que se extremen las precauciones para evitar muertes civiles. En su discurso Obama destacó que la acción contra EI la lleva a cabo una coalición y dijo que lo más importante es que los países que la integran están trabajando “hombro con hombro” en esta ofensiva. “La fuerza de esta coalición deja claro al mundo que ésta no es sólo una lucha de Estados Unidos”, dijo el mandatario. Advirtió que “requerirá tiempo” derrotar a EI y prometió que su país hará “todo lo que sea necesario” para cumplir con ese objetivo. Hadi Bahra, el presidente de la Coalición Nacional Siria, que reúne opositores al gobierno de Al Assad, celebró los ataques y agregó: “Estamos listos para coordinarnos con nuestros aliados y maximizar el impacto de los bombardeos”. Estados Unidos ha descartado la posibilidad de enviar tropas al terreno, pero va a colaborar, al igual que otros países de la coalición, con la oposición siria “moderada” para que ésta enfrente a EI. En este sentido, el Congreso estadounidense aprobó el viernes el envío de ayuda por valor de 500 millones de dólares para entrenar y equipar a opositores moderados sirios en Arabia Saudita.