La Diada, que en esta ocasión conmemoró los 300 años de la toma de Cataluña por parte de las tropas borbónicas en 1714, se consagró ayer como una jornada independentista bajo el lema “Ara és l’hora, el 9N votarem” (Ahora es la hora, el 9N votaremos). Sin embargo, a diferencia de otros años, en esta ocasión hubo también movilizaciones, mucho más reducidas, en contra de la independencia catalana. La plataforma madrileña Libres e Iguales, que reclama medidas contra el referéndum y “la deriva secesionista”, ayer reivindicó la Constitución que define a España como única e indivisible.
Por su parte, la organización Societat Civil Catalana celebró una Diada antisoberanista a la que asistieron la presidenta del Partido Popular catalán, la senadora Alicia Sánchez-Camacho, el líder de Ciutadans, Albert Rivera, y la ex ministra socialista Carme Chacón. En esa instancia se repudió un episodio que vivió Rivera, que tuvo que ser escoltado por los Mossos d’Esquadra cuando se retiraba de una entrevista que le habían realizado en el stand de la radio La Sexta en la Plaza de Catalunya, centro de las movilizaciones soberanistas.
En el encuentro antisoberanista se destacó que ésta es la “primera vez” que los catalanes no nacionalistas se manifiestan en esta fecha, pese a que grupos de ultraderecha se han congregado en otros años. Por su parte, Sánchez-Camacho, la principal oradora del evento, aseguró que la movilización independentista está en declive. Lo hizo en un acto en Tarragona en el que participaron unas 2.500 personas.
En el centro de Barcelona las calles se teñían del amarillo y rojo de esteladas y senyeras, las banderas de la Cataluña independiente, y también aparecieron algunas banderas vascas -ikurriñas- y gallegas -estreleiras-.
El centro de la manifestación consistió en la formación de una V con franjas rojas y amarillas. La V representaba las palabras “victoria”, “voluntad” y “votar”, y sus lados sumaban 11 kilómetros, con su vértice central en la Plaza las Glòries. A las 17.14 (hora que representa el año en el que las fuerzas borbónicas se adueñaron de Cataluña) la V estaba perfectamente formada y Emma Solé, una joven de 15 años que cumple años el 9 de noviembre, depositó un sobre en una urna simbólica mientras sonaba de fondo una canción llamada “Ara és l’hora”, creada para esta fecha. La pancarta que encabezaba la movilización decía: “9N Votaremos, 9N Ganaremos”.
Los oradores del acto fueron los organizadores de la Vía Catalana, Muriel Casals por Òmnium y Carme Forcadell por la Asamblea Nacional Catalana. Ellos y quienes los escucharon reclamaron a los políticos “valentía” para realizar el referéndum y dirigir a Cataluña a la independencia. “President, ponga las urnas”, instó Forcadell, en un llamado al presidente de la Generalitat, Artur Mas.
La celebración popular de la Diada contó con la presencia de varios dirigentes políticos, entre ellos el portavoz del gobierno catalán, Francesc Homs, que reclamó al presidente español, Mariano Rajoy, “más humildad” para escuchar el “grito catalán” y pidió que se realice el referéndum. Lo mismo había exigido Mas en la noche del miércoles, en un evento oficial por la Diada. En una de sus últimas declaraciones sobre este tema, Rajoy reiteró que no es legal la convocatoria a la consulta y que su gobierno no la permitirá.
Ayer, Mas aseguró que está “todo listo” para el referéndum, criticó al gobierno de Rajoy por mantenerse “inmóvil” ante un “problema del Estado” y lo instó a “escuchar el clamor de los que quieren votar para decidir su futuro político, en un plano de entendimiento con los pueblos de España”. Estas declaraciones de Mas se debieron a que el nuevo líder del Partido Socialista Obrero Español, Pedro Sánchez, dijo que Mas había reconocido en una conversación privada que existía la posibilidad de que no se realizara la consulta.