Los 50 días de bombardeos israelíes y enfrentamientos armados en las calles entre el Ejército israelí y militantes del movimiento islamista Hamas destruyeron la Franja de Gaza, según han manifestado distintos organismos locales e internacionales. El enviado de la ONU señaló ayer que la zona quedó con “niveles verdaderamente impactantes de destrucción en infraestructura, hospitales y escuelas”, con barrios “totalmente destruidos”.

La ANP realizó un balance y publicó sus conclusiones la primera semana de setiembre junto al coordinador humanitario de la ONU para Palestina, James Rawley. Se informó acerca de esta ofensiva, en la que murieron 2.140 palestinos, que “el alcance de los daños y la devastación carece de precedentes” en la franja. Unas 18.700 viviendas fueron destrozadas o dañadas de forma permanente, por lo cual unas 100.000 personas quedaron sin hogar. En las calles hay alrededor de dos millones de toneladas de escombros que hay que retirar, y el estado de las escuelas es lamentable -pese a lo cual esta semana se retomaron las clases-.

El presidente del Consejo Económico Palestino, Mohamed Shtayeh, dijo que a diferencia de ofensivas anteriores “Israel ha querido destruir lo máximo posible: granjas, talleres, áreas industriales, casas, escuelas y hasta la voluntad del pueblo palestino”.

Estos daños se sumaron a los que dejaron las ofensivas anteriores, de 2012 y 2008-2009, ya que los efectos de aquellas acciones militares sólo habían sido reparados en un 40%. Se informó que la reconstrucción costará, como mínimo, 7.800 millones de dólares, de los cuales más de un tercio se destinará a la rehabilitación de viviendas y 250 millones a la reparación de los daños causados en los sistemas de energía.

Durante la presentación del informe, el vice primer ministro palestino, Mohammed Mustafa, dijo que hay países que “se preguntan por qué hay que patrocinar guerras israelíes contra Gaza cada dos años”. Rawley, por su parte, exigió un inmediato y completo levantamiento del bloqueo a Gaza para garantizar el ingreso de los materiales necesarios para la construcción, punto que fue acordado el lunes. El 12 de octubre habrá, en El Cairo, un encuentro de donadores de la Franja de Gaza.

Con advertencias

El acuerdo que alcanzaron la ONU, Israel y Palestina era fundamental para que el gobierno israelí permitiera que la franja recibiera material de construcción necesario para intentar recuperar la zona. El Ejecutivo de Benjamin Netanyahu se oponía por miedo a que esos materiales fueran utilizados por militantes de Hamas para reconstruir túneles y refugios. El medio digital judío Iton Gadol aseguraba ayer que “la enorme red” de túneles que pasaban por debajo de la frontera entre la franja e Israel, que fueron destruidos durante los ataques, “se construyó utilizando miles de toneladas de hormigón y otros materiales permitidos en Gaza para usos civiles”.

De acuerdo con Serry, el acuerdo permitirá “que se realicen los trabajos necesarios para la reconstrucción de Gaza”. La ANP se comprometió a conducir el proceso y garantizar que los materiales de construcción “no serán desviados de un uso puramente civil”, y destacó que este proceso será supervisado por la ONU.

El enviado de la ONU subrayó que este acuerdo es “un paso importante hacia el objetivo de eliminar todas las restricciones” a los objetos que ingresan a la franja y para “dar una señal de esperanza a la población local”. Además, la ONU espera que dé “confianza” a los donantes, que tendrán la garantía de que sus entregas serán utilizadas con fines pacíficos.

Tras el anuncio del acuerdo, el ministro de Defensa israelí, Moshé Yaalon, advirtió que “si esos materiales se destinan a la construcción de túneles” el permiso será revocado “de inmediato”.