En una ceremonia que pretendía ser íntima pero que fue multiplicada por los medios argentinos, fue enterrado el cuerpo del fiscal de la causa de la AMIA, Alberto Nisman. Su cortejo fúnebre fue acompañado por centenares de personas que esperaban su paso en las calles de Buenos Aires con banderas de Argentina, carteles y velas.

En la ceremonia, la ex mujer del fiscal, la jueza Sandra Arroyo Salgado, reiteró su convicción de que no se trató de un suicidio y fue crítica con el Poder Judicial: “Creo que no estamos haciendo bien las cosas”, indicó al referirse a su propio lugar de trabajo. Otros de los oradores fueron el vicepresidente de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas, Waldo Wolff, y el presidente de la Asociación de Fiscales y Funcionarios, Carlos Donoso Castex. Además, estuvieron presentes varios representantes de la oposición, entre ellos Elisa Carrió y varios integrantes del grupo Propuesta Republicana, liderado por Mauricio Macri, quien no estuvo presente.