Los medios brasileños informaban ayer que 229 personas fueron atendidas en distintos hospitales de la zona de la Baixada Fluminense, en Río de Janeiro, donde chocaron dos trenes metropolitanos. Pero sólo 69 habían sufrido heridas, en su mayoría cortes y golpes causados en el impacto. En la tarde de ayer siete de los heridos continuaban internados.

El accidente ocurrió cuando en la noche del lunes un tren que venía en marcha chocó por detrás al otro, que estaba detenido mientras subían y bajaban pasajeros. La empresa que gestiona el transporte ferroviario de Río, SuperVia, informó que se abrió una investigación para saber si el origen del accidente fue un error técnico, humano o ambos combinados.

No es la única; la Policía Civil de Río de Janeiro también abrió una investigación, así como la agencia estadual que regula los transportes públicos. El secretario de Transportes del gobierno del estado de Río, Carlos Roberto Osório, se trasladó hasta el lugar para acompañar el inicio de las investigaciones y visitar a los heridos en los hospitales de la Baixada Fluminense.

Osório informó que SuperVia deberá ser castigada con una “multa pesada” si se verifica que hubo fallas en los trenes. Varios pasajeros del tren que impactó contra el otro dijeron que ya venía con problemas: las luces se prendían y se apagaban y estaba muy lento para reiniciar la marcha después de detenerse en las estaciones. Sin embargo, la empresa aseguró que los trenes accidentados estaban en buenas condiciones y no les hacía falta más mantenimiento.

Además del choque, las personas heridas sufrieron robos, según denunciaron.

Los pasajeros que estaban sobre los trenes al momento del impacto contaron a los medios brasileños que no había ningún trabajador de SuperVia para ayudarlos a dejar los trenes, que tenían la mayoría de las puertas trancadas.

Las luces de ambos trenes se apagaron con el choque y los pasajeros utilizaban las luces de los celulares para forzar las puertas para que se abrieran. Los pasajeros cuentan que en ese momento y poco después -mientras los heridos estaban acostados en el piso de la estación esperando que llegara la asistencia médica- varias personas aprovecharon para robar mochilas, celulares y billeteras.