La empresa de seguridad alemana Norse, que trabaja con agencias gubernamentales en Estados Unidos, advirtió hace unos días que el origen de los ciberataques contra la firma Sony no está en Corea del Norte. En una entrevista con el canal estadounidense CBS, el vicepresidente de Norse, Kurt Stammberger, dijo que son seis ex empleados de Sony los que están involucrados. Según su hipótesis, el ataque a Sony se hizo “desde el interior” de la empresa. “Estamos seguros de que no fue un ataque pensado por Corea del Norte”, ratificó. Dijo que personas de la empresa fueron “claves” para que el ataque fuera posible, y apuntó en particular a una ex empleada llamada Lena, que conocía el funcionamiento de los servidores de la empresa, que fue despedida en mayo, y que se supone que estuvo en contacto con los Guardianes de la Paz, un grupo de hackers al que el FBI acusa de actuar para Pyongyang.

El FBI respondió a esa versión en un comunicado en el que mantiene que el gobierno norcoreano es el único responsable del robo de datos y los ciberataques contra Sony, supuestamente en represalia por la película The Interview. Eso arrojan las investigaciones y la documentación recabadas por la inteligencia, el Departamento de Seguridad Nacional, gobiernos de otros países y empresas privadas, de acuerdo con el comunicado.

Jaime Blasco, director de los laboratorios de la firma de seguridad AlienVault, dijo: “Es posible que [los ex trabajadores] formen parte de la trama y queda claro que conocían arquitectura técnica, pero […] el ataque no es atribuible a ellos”.