El jefe de Estado francés, François Hollande, venía batiendo récords de impopularidad jamás alcanzados por un presidente desde que entró en vigor la actual Constitución en 1958, un texto que le dio más poder al mandatario y puso fin a la tradición parlamentaria de la República francesa. Luego de los ataques de radicales islamistas que dejaron 17 muertos en París, quedaron sobre la mesa temas como la necesidad de lograr la integración de la sociedad francesa en toda su diversidad religiosa y cultural, las eventuales fallas de los servicios secretos a la hora de evitar esos ataques, las medidas de seguridad a tomar y hasta dónde renunciar a la libertad por ellas.
Estas cuestiones dejaron momentáneamente a otras atrás: el desempleo, la crisis económica, los recortes presupuestales, las fuertes divisiones dentro del propio Partido Socialista de gobierno ante cómo responder a la crisis y la polarización de la vida política en general que, todas, desembocaban en una baja de la popularidad de Hollande, al que todo el mundo criticaba. La capacidad de liderazgo del presidente socialista estaba en tela de juicio en boca de políticos, analistas y periodistas. Sin embargo, la oposición y el oficialismo coinciden ahora en que su respuesta ante los ataques del 7 de enero fue digna de un verdadero jefe de Estado. Los franceses parecen coincidir y esto se está viendo en las encuestas.
El domingo, un sondeo de la empresa BVA para la empresa de telecomunicaciones Orange y el canal de información iTele arrojó que la aprobación de Hollande subió 10 puntos porcentuales en una semana, alcanzando 34% de apoyo. Otra encuesta, del Instituto Francés de Opinión Pública (IFOP), publicada ayer por la revista Paris Match y la emisora Sud Radio, confirmó la tendencia. La medición mensual de esa empresa arroja un aumento de la aprobación del presidente de 21%. Ésta pasó de 19% en diciembre a 40%, en una medición realizada el viernes y el sábado pasado. “Es un fenómeno rarísimo en la historia de los barómetros de opinión”, dijo el líder del departamento de Opinión Pública de IFOP, Frédéric Dabi, a la radio pública France Info. Señaló que el único “caso similar” registrado por esa encuestadora, que es la más antigua del país (fue fundada en 1938), se dio durante la presidencia de François Mitterrand, en 1991, “en el momento de la guerra del golfo, entre enero y marzo”.
Sin embargo, es bastante probable que una vez que caiga la conmoción generada por el impacto de los ataques, la gente vuelva a sus preocupaciones cotidianas y la popularidad de Hollande podría bajar. Es notorio que, a la vista del detalle del sondeo, lo que bajó 21 puntos porcentuales es la proporción de personas consultadas que “desaprueba del todo” la gestión de Hollande. En 1991, Mitterrand había perdido gran parte de su aprobación pocos meses después. El desafío del actual presidente está en que eso no le ocurra a él, y en ese marco está previsto que los ministros de Interior, Bernard Cazeneuve, Justicia, Christiane Taubira, y Educación, Najat Vallaud-Belkacem, presenten propuestas hoy para luchar contra el radicalismo islamista y a su vez fortalecer la cohesión social, que serán debatidas mañana en el Consejo de Ministros.