La marcha que se realizó en París, de la que participaron 44 jefes de Estado durante un tramo, reunió a un millón y medio de personas. La encabezaron los familiares y amigos de las víctimas, seguidos por los gobernantes, entre los que se destacaron la canciller alemana, Angela Merkel, el primer ministro, israelí Benjamin Netanyahu, el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abbas y el jefe de gobierno británico, David Cameron.
Al igual que los dirigentes que participaron, los franceses explicaron a los medios sus variados motivos para ir a manifestar. Muchos se referían al ataque a las libertades que supone atentar contra un medio como el semanario Charlie Hebdo, pero otros hablaban de terrorismo en general, en referencia no sólo a ese primer ataque sino también a las dos tomas de rehenes del viernes. Otros muchos reivindicaban su solidaridad como musulmanes, como judíos o como ciudadanos de otros países.
Otro más
Los archivos del diario alemán Hamburguer Morgenpost fueron atacados e incendiados ayer de madrugada. Ese medio había publicado en 2007 las conocidas caricaturas danesas de Mahoma, al igual que Charlie Hebdo. Además desde el ataque al semanario francés ocurrido el miércoles había publicado caricaturas de ese medio. El ataque no causó mayores daños y dos sospechosos fueron detenidos.
La marcha parisina, debido a los ataques y por la presencia de gobernantes extranjeros, estuvo estrictamente vigilada por un impresionante operativo de seguridad. Varios manifestantes admitieron que dudaron en participar por “miedo” a nuevos atentados, pero decidieron hacerlo.
El viernes de noche, el presidente francés François Hollande llamó a todos los franceses a unirse y participar de las manifestaciones, que se repiten desde el miércoles, y que tuvieron su punto culminante ayer. Además se refirió a los autores de los ataques y dijo que “esos fanáticos no tienen nada que ver con la religión musulmana”. Ayer, permaneció un buen rato más que sus pares extranjeros en la marcha (una hora y media en total), durante el cual estuvo junto a los familiares de víctimas. Hacía más de 20 años que un jefe de Estado francés no se sumaba a una manifestación.
El llamado a participar era también un mensaje a los votantes del ultraderechista Frente Nacional, cuyos dirigentes se ofendieron al no ser invitados a planificar la marcha parisina y se dieron por excluidos. La líder de ese partido, Marine Le Pen, manifestó en la localidad de Beaucaire, en el departamento sureño del Gard, y pidió manifestar “en todos lados” menos en París.
Investigación en curso
El miércoles, 12 personas fueron asesinadas en el ataque a la sede del semanario Charlie Hebdo. Al día siguiente hubo más muertes en dos tomas de rehenes en manos de los dos sospechosos de esos ataques, Sherif y Saïd Kouachi, y un tercero, Amedy Coulibaly, que dijo haber actuado en forma sincronizada con ellos.
Sherif Kouachi, de 32 años, fue entrevistado por el canal privado de noticias BFMTV mientras estaba atrincherado el viernes junto a su hermano mayor, Saïd, de 34 años, en los depósitos de una imprenta al este de París. Dijo a ese canal que actuaron como “defensores del profeta” Mahoma y que cometieron los asesinatos por “venganza” y en nombre de Al Qaeda en Yemen. Afirmó que fue financiado por el imán yemenita-estadounidense, Anwar al-Awlaki, que le dio la orden y los medios para atacar antes de morir en 2011 en un ataque estadounidense en Yemen.
Kouachi también dijo: “No somos asesinos” [...], “son ustedes los que matan a los niños de los musulmanes en Siria”. Además aseguró que ellos no mataban a “civiles” ni a “mujeres”, dando a entender que los trabajadores de Charlie Hebdo eran combatientes.
De acuerdo con el procurador de la República François Moulins, Saïd recibió entrenamiento militar en Yemen. Eso explicaría la forma de actuar “profesional” que tanto impactó en su ataque. En cambio, Saïd nunca había sido interrogado por la Policía.
El jueves murió Clarissa Jean-Philippe, policía municipal originaria de la isla francesa de Martinica, de 26 años, en un ataque realizado por Amedy Coulibaly, un francés de origen maliense. Coulibaly murió el viernes tiroteado por la Policía luego de haber tomado rehenes en un supermercado judío, de comida kosher, en la periferia de París.
Su esposa, Hayat Boumeddiene, es buscada por la Policía francesa, pero de acuerdo con la radio France Info, las autoridades turcas informaron a las francesas que la mujer, de 26 años, había llegado a su territorio desde Madrid el 2 de enero y cruzado a Siria ese mismo día. Boumeddiene reivindicaba su extremismo religioso, y varios medios informaron citando fuentes policiales que ella mantuvo unas 500 conversaciones telefónicas con la esposa de Sherif, Izzana Hamyd, en 2014.
Durante la toma de rehenes, Coulibaly, de 32 años, ejecutó a cuatro personas: Yohan Cohen, un empleado del supermercado de 23 años, y los clientes del comercio Yohav Hattab, estudiante de 22 años, Philippe Braham de 45 años y François-Michel Saada, de 64 años.
Coulibaly y Saïd Kouachi habían sido investigados por la planificación de un intento de evasión del islamista Smaïn Aït Ali Belkacem, artífice de los atentados que cometió el Grupo Islamista Armado en 1995 en el metro de París. Por estos hechos, Coulibaly fue condenado a cinco años de cárcel, que cumplió en mayo. No se había podido probar que Kouachi hubiera participado de los planes, y la Policía lo tenía registrado por delitos comunes y por sus amistades con conocidos islamistas.
Ayer se publicó en Dailymotion un video que presenta a Coulibaly como el autor del “bendecido” asesinato de la mujer policía el jueves y de la toma de rehenes y las ejecuciones del viernes en el supermercado. Aunque los argumentos que se exponen allí son similares a los de los hermanos Kouachi, él dice pertenecer al grupo Estado Islámico (EI). De acuerdo con los medios que pudieron ver las imágenes antes de que fueran retiradas de internet, el video muestra al hombre en distintas actividades, y también en la cárcel. Coulibaly dijo actuar en venganza por los ataques a EI por parte de Francia y llamó a los musulmanes a luchar.
De acuerdo con el procurador de la República, los hermanos Kouachi salieron de la imprenta disparándole a los policías que los rodeaban (hirieron a varios) y murieron por los disparos policiales. Como Coulibaly reclamaba que se los dejara ir o mataría a sus rehenes, se realizó entonces un operativo policial en el supermercado en el que él también murió. Sin embargo, de acuerdo con Moulins, los cuatro rehenes habían sido ejecutados horas antes de la intervención de la Policía.