Son además las primeras conversaciones oficiales entre Cuba y Estados Unidos desde que se anunció, el 17 de diciembre, que ambos países retomarán relaciones diplomáticas, interrumpidas desde hace más de 50 años.

Las negociaciones tuvieron una previa ayer con una ronda sobre asuntos migratorios y continúan hoy en el Palacio de Convenciones de la capital cubana, en presencia de Roberta Jacobson, que llegó ayer mientras se desarrollaba el encuentro dedicado a los flujos de personas entre ambos países.

Es la funcionaria estadounidense de más alto rango que visita la isla desde la década de los 80, de acuerdo a la agencia de noticias AFP. Está previsto que hoy los diálogos se centren en la apertura de embajadas.

La delegación cubana estuvo encabezada ayer por Josefina Vidal, directora general para Estados Unidos del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, mientras que la estadounidense estuvo liderada por el subsecretario adjunto para América Latina del Departamento de Estado, Alex Lee.

En el encuentro de ayer, según se informó en una conferencia al terminar la jornada, no se lograron grandes acuerdos, pero las dos delegaciones mantuvieron un “diálogo respetuoso”, de acuerdo a Lee, y en un “ambiente constructivo”, según Vidal

De todas maneras, se mantuvieron diferencias que existen desde hace años. Cuba denuncia la política estadounidense de “pies secos-pies mojados”, que consiste en recibir a los cubanos que logren pisar territorio estadounidense y en reenviar a la isla a quienes intercepten en el mar y la “ley de ajuste cubano”, de 1966, que prevé facilidades para otorgar la residencia permanente en Estados Unidos a los originarios de la isla.

Para La Habana, estas políticas “continúan siendo el estímulo principal a la emigración ilegal, al tráfico de emigrantes y a las entradas irregulares a Estados Unidos desde terceros países de ciudadanos cubanos que viajan legalmente al exterior”, dijo Vidal. Sin embargo, la delegación estadounidense ratificó su intención de mantener esas políticas incambiadas.

Además, de acuerdo a un comunicado de la delegación cubana, sus representantes señalaron “profunda preocupación por la situación que enfrenta la Sección de Intereses de Cuba en Washington y, en particular, su oficina consular”, que atribuyen al bloqueo estadounidense y que afecta al servicio de los cubanos residentes en Estados Unidos y a los estadounidenses interesados en visitar Cuba. Washington, por su lado, señaló el problema de los cubanos que Estados Unidos quiere expulsar, pero que la Habana se niega a recibir. “Es obligación de todos los países aceptar a sus ciudadanos”, recordó Lee.

El sitio Cubadebate señaló que la reunión de ayer fue la 28ª ronda de conversaciones migratorias celebrada entre los dos países, y la octava ronda migratoria que se celebra durante la presidencia de Barack Obama (la última fue en julio de 2013). La primera reunión sobre este tema se realizó en setiembre de 1994 y esos encuentros se interrumpieron durante el gobierno de George W. Bush (2001-2009).