La Fundación Perseu Abramo, del gobernante Partido de los Trabajadores (PT), criticó las medidas económicas del gobierno de Dilma Rousseff en una de sus últimas publicaciones. El gobierno, que asumió hace sólo tres semanas, ha tomado varias decisiones en esta área en los últimos días.

El martes, la presidenta anuló una medida aprobada por el Congreso que ampliaba la cantidad de trabajadores de menores ingresos que quedaban eximidos de pagar el Impuesto a la Renta de las Personas Físicas. El proyecto del Congreso ampliaba 6,5% esa base y el gobierno anunció que emitirá un decreto para que se amplíe 4,5%, porcentaje que estaba incluido inicialmente en el proyecto de ley, pero que luego fue aumentado por la oposición. Se argumentó que el 6,5% habría significado una renuncia fiscal de 7.000 millones de reales (2.670 millones de dólares), que no es apropiada para una economía que entró en recesión en el tercer trimestre del año pasado, de la cual salió por un crecimiento de 0,1 % en el último trimestre de ese mismo año. El Fondo Monetario Internacional prevé para Brasil un crecimiento de 0,3% en 2015.

Para aumentar la recaudación, el ministro de Hacienda, Joaquim Levy, presentó este lunes cuatro medidas. Se trata de aumentos en la carga fiscal a combustibles (su precio para las estaciones de servicio aumentará 0,22 reales en el caso de la gasolina y 0,15 en el caso del diésel), productos importados (de 9,25% a 11,75%) y operaciones de crédito (de 1,5% a 3% anual), así como la inclusión de los cosméticos entre los productos que pagan el Impuesto sobre Productos Industrializados, que varía de una industria a otra.

Estas medidas permitirán recaudar 20.600 millones de reales (más de 7.500 millones de dólares), según Levy, quien señaló que el objetivo es “aumentar la confianza en la economía”. El ministro también reconoció que estas medidas tendrán incidencia en la reducción del consumo, lo cual llevaría a su vez a un enfriamiento del crecimiento de la inflación. La inflación se verá empujada en este comienzo de año por los aumentos en las tarifas de la electricidad y del transporte público.

La estrategia del gobierno de Rousseff fue aplaudida por el mercado, que ya sintió un “shock de credibilidad”, según el presidente de Bradesco, Luiz Carlos Trabuco, uno de los nombres que se había manejado para el lugar de Levy. Pero fue considerada una estrategia “bastante conservadora y ortodoxa” por la Fundación Perseu Abramo, que cuestionó que vaya a tener buenos resultados.

Se sumó a las críticas con una entrada en su blog el líder del PT, José Dirceu, condenado por la causa del mensalao. “[Con estas medidas] caminamos -conscientemente, espero, por parte del gobierno- hacia una recesión con todas sus implicaciones sociales y políticas”, advirtió Dirceu, antes de exigirle al gobierno que explique: “¿Cómo va a volver a crecer el país?”.