El presidente francés, François Hollande, pronunció ayer su tradicional discurso de inicio de año ante las Fuerzas Armadas. Agradeció y destacó el papel que juegan los militares en las operaciones que lleva a cabo el país, en particular en Malí, República Centroafricana e Irak. Además saludó su trabajo desde el ataque a Charlie Hebdo la semana pasada, en la custodia de lugares considerados potenciales blancos de ataques.
Hollande dijo que la situación que atraviesa el país amerita repensar los recortes de personal que estaban previstos en el marco de las reducciones presupuestarias. Le pidió al ministro de Defensa, Jean-Yves Le Drian, que le entregue antes del fin de semana un informe para rever el “ritmo de la reducción” progresiva de 33.000 cargos prevista para 2019.
En el mismo discurso Hollande recordó que sus aliados no quisieron intervenir en Siria en 2013. No se lanzó una operación militar en ese país porque los gobiernos de Reino Unido y Estados Unidos terminaron por descartar esa opción. Lamentó que “la comunidad internacional no haya actuado en tiempo y forma para detener las masacres en Siria y evitar que los extremistas ganaran más terreno”. Además anunció que iba a reforzar la intervención francesa en Irak, empezando por el envío del portaaviones Charles de Gaulle, a bordo del cual pronunció su discurso.
En Alemania, en sintonía con una serie de medidas que han aprobado distintos países por los ataques en París, el gobierno aprobó ayer la posibilidad legal de retirar, hasta por tres años, la cédula de identidad a islamistas radicales si se presume que tienen intenciones de ir a combatir a Siria o Irak. Esta medida ya rige en Francia.