Un tribunal penal declaró culpable y condenó a 90 años de prisión al ex jefe policial Pedro García Arredondo, por el asesinato de 37 personas el 31 de enero de 1980 en la embajada de España en la ciudad de Guatemala.

La matanza se registró cuando las fuerzas de seguridad del régimen militar de Guatemala, que dirigía el general Fernando Romeo Lucas García, asaltaron la sede diplomática, que había sido ocupada por campesinos y estudiantes que denunciaban la represión militar. En el asalto murieron quemadas 37 personas, entre ellas, el cónsul español, Jaime Ruiz del Árbol Soler, y Vicente Menchú, padre de Rigoberta Menchú, premio Nobel de la Paz de 1992. Los únicos sobrevivientes del ataque fueron el embajador español, Máximo Cajal y López, y un campesino, Gregorio Yujá. Este último fue secuestrado del hospital donde él y el embajador eran atendidos por las quemaduras sufridas, posteriormente torturado, y su cuerpo sin vida fue lanzado frente a la rectoría de la Universidad de San Carlos, entidad en la que estudiaban algunos de los asesinados en la embajada.

Tras la condena conocida ayer, el gobierno español emitió un comunicado en el que mostró su satisfacción y felicitó “a la Justicia guatemalteca, porque, 35 años después, haya juzgado los hechos de acuerdo a las leyes y con el respeto al debido proceso”.