El ataque fue planificado. Dos o tres hombres ingresaron a la nueva sede de Charlie Hebdo (se habían mudado hace poco), y mataron a 12 personas -11 hombres y una mujer-, entre ellas dos policías que estaban a cargo de proteger a algunas de las figuras emblemáticas de la publicación. Otras 11 personas resultaron heridas y cuatro de ellas estaban en un estado muy grave ayer, según informó el ministro del Interior, Bernard Cazeneuve.

Ayer, como todos los miércoles, era el día en que se celebraba la reunión de redacción en el semanario. En ese encuentro, al que asistían los directivos y principales periodistas y caricaturistas del medio, se planificaba la próxima edición de este semanario que sale cada miércoles. Ése fue el momento que eligieron los terroristas para atacar.

La tapa de ayer de Charlie Hebdo hacía referencia a Soumission (Sumisión), el último libro del escritor francés Michel Houellebecq, que salió ayer también a las librerías. Esa obra, a la que su autor define como un tipo de ciencia ficción, cuenta una historia en la que en 2022, después de un supuesto segundo mandato del actual presidente francés, François Hollande, gana las elecciones presidenciales un musulmán que cuenta con el apoyo de la derecha, el centro y el gobernante Partido Socialista. Esa coalición de la ficción se unió para frenar el avance de la ultraderecha y de los movimientos que dicen defender la identidad francesa.

El libro genera desde hace días una fuerte polémica, en respuesta a la cual Charlie Hebdo publicó ayer en tapa una caricatura con el título “Las predicciones del mago Houellebecq”, en la que la caricatura del escritor dice: “En 2015 se me caen los dientes, en 2022, hago el Ramadán [el ayuno musulmán]”. El escritor recibía acusaciones de alimentar un ambiente y un contexto enrarecidos en Francia, donde el temor al islamismo crece, al igual que la intención de voto a la extrema derecha para las elecciones de 2017.

Los hechos

Las imágenes filmadas por un periodista de la agencia de noticias Premières Lignes, cuya sede es vecina a la de Charlie Hebdo, muestran a dos atacantes, aunque Cazeneuve dijo que todas las fuerzas de seguridad francesas están trabajando de forma coordinada (lo que es excepcional) para encontrar a tres sospechosos del ataque.

Al salir del edificio, los hombres gritaron “Allahu Akbar” [Dios es grande] y “Vengamos al profeta”, en lo que parece ser una referencia al caso de las caricaturas de Mahoma que la revista publicó en 2007 y 2011.

Varios testigos, entre ellos la ilustradora Corinne Coco Rey, que llegó tarde después de haber ido a buscar a su hija a la guardería, informaron que los atacantes hablaban perfecto francés y que dijeron ser de Al Qaeda. “Había ido a buscar a mi hija a la guardería, al llegar a la puerta del edificio del periódico dos hombres con pasamontañas y armados nos amenazaron brutalmente. Querían entrar, subir [el semanario está en el segundo piso del edificio]. Puse el código [de seguridad que permite abrir la puerta]. Le dispararon a [Georges] Wolinski, [Jean] Cabu. [El tiroteo] duró cinco minutos. Yo me había refugiado abajo de un escritorio. Hablaban perfectamente francés, se declaraban de Al Qaeda”, dijo la dibujante al diario L'Humanité.

Otro testigo, citado por la radio pública France Info, dijo haber presenciado el momento en que los atacantes robaron un auto para seguir huyendo y que le pidieron que dijera que actuaban en nombre de Al Qaeda en Yemen. Una funcionaria del Correo, que estaba en un edificio de al lado, relató a los medios que la amenazaron para que dijera dónde era la sede de la revista y que para intimidarla dispararon al aire. Los autores del ataque pudieron escapar y salieron del centro de París por el noreste. En su huida atropellaron a un peatón.

“Es una carnicería. Fui para ahí [después del ataque], había sangre por todos lados, no había chance de que se salvaran”, dijo, más tarde, el ex director de Charlie Hebdo, Philippe Val en una larga entrevista en France Info.

Poco después del atentado, ocurrido cerca de las 11.30, hora local, Hollande visitó el lugar, y dijo que no cabían dudas de que se trató de un “acto terrorista”. El gobierno aumentó al máximo el nivel de alerta en París y sus alrededores (la región Île-de-France), lo que implica aumentar la presencia policial en los transportes, lugares públicos y de culto, y la suspensión de los paseos escolares, entre otras medidas. Casi todas las entradas de la emblemática sede del grupo Radio France, un edificio circular al borde del río Sena, fueron cerradas ayer por motivos de seguridad; otros medios de comunicación también quedaron bajo vigilancia policial y se aumentó la seguridad en todo el país.

La prensa informó de varios allanamientos en apartamentos fuera de París y se practicaron pericias en el vehículo que usaron los atacantes antes de abandonarlo en su huida. Las autoridades habilitaron además un número de teléfono gratuito para recibir testimonios e indicios que puedan ayudar a los investigadores. Anoche, la prensa francesa citaba fuentes policiales según las cuales se había identificado a tres sospechosos, Saïd K. (nacido en 1980 en París), su hermano Chérif K. (nacido en 1982 en la misma ciudad) y Hamyd M. (nacido en 1996 en la ciudad de Reims). Al cierre de esta edición estaba en curso una intervención de fuerzas especiales de la Policía en Reims.

Hollande, que volvió a hablar en horario central por televisión, anunció que hoy será un día de luto nacional y que al mediodía, a las 9.00 de Uruguay, se hará un minuto de silencio en todos los lugares públicos. Durante tres días las banderas van a permanecer a media asta.