En una reñida competencia entre los dos favoritos, se quedó con la alcaldía de la capital colombiana el ex alcalde Enrique Peñalosa (1998-2000), candidato del movimiento Equipo por Bogotá -respaldado por el Partido Radical, del vicepresidente Germán Vargas Lleras-. Su triunfo supone la derrota de la izquierda que por más de una década gobernó la capital colombiana.
En segundo lugar, con tan sólo cinco puntos porcentuales menos, quedó el ex ministro Rafael Pardo, del Partido Liberal, que contaba con el apoyo del presidente Juan Manuel Santos y el Partido de la U (por el que Santos fue electo). Diez puntos más abajo se situó Clara López, del Polo Democrático Alternativo, partido de izquierda que ganó las tres últimas elecciones en Bogotá, y en el cuarto lugar quedó Francisco Santos, del Centro Democrático, el partido del ex presidente Álvaro Uribe.
En un discurso que brindó a sus seguidores minutos después de que se conociera su victoria, Peñalosa dijo que gobernará “sin odios ni exclusiones” y prometió construir “una Bogotá a la altura” de los “sueños más ambiciosos” de sus habitantes.
Voto por la paz
El presidente Santos hizo un balance de la jornada de votación y aseguró que “Colombia ganó en paz, por la paz”. Agregó que estas “elecciones han sido las más pacíficas y menos violentas en décadas”, lo que calificó como “un anticipo” de lo que se puede “ganar con la paz”.
Las de ayer fueron las primeras elecciones regionales desde que comenzaron en 2012 las negociaciones por la paz en La Habana entre el gobierno colombiano y la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Esto significa que quienes asumirán el liderazgo de las alcaldías y los departamentos a principios de 2016 tendrán un rol fundamental a la hora de ponerle, o no, el punto final al conflicto armado que lleva casi 60 años y más de 200.000 muertos.
Por lo pronto, el nuevo alcalde de Bogotá, Peñalosa, se manifestó a favor de negociar la paz en varias ocasiones. Incluso llegó a proponer, cuando se postuló como candidato presidencial el año pasado, que la paz sea “política de Estado” para que no cambie incluso si cambia el gobierno.
También Rafael Pardo y la candidata de izquierda Clara López están a favor del proceso de paz. Francisco Santos, por su parte, en línea con la postura de Uribe, se opone a las negociaciones con las FARC, a las que uno y otro describen como “terroristas”.
Ayer, después de votar, Uribe pidió en declaraciones públicas el apoyo de los colombianos a su partido, que “estimula el diálogo de los servidores públicos con la comunidad” y no “con el terrorismo”.
En proceso
En parte, es gracias al proceso de paz -que en julio logró un alto el fuego por parte de las FARC-, que las elecciones se desarrollaron en un ambiente tranquilo. Además, el gobierno restringió el porte de armas y prohibió el consumo de alcohol desde la tarde del sábado hasta la madrugada de hoy para evitar enfrentamientos, algo común durante el desarrollo de las elecciones en otros años.
Aun así, cinco personas -entre ellas dos adolescentes- fueron asesinadas a balazos y tres resultaron heridas en Riohacha, al norte del país, durante la madrugada del domingo. Acerca de este hecho, el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, dijo a Radio Cadena Nacional de Colombia que se trató de “un enfrentamiento entre bandas delincuenciales que no tiene nada que ver con el proceso electoral”.
Además, en el día de la votación, un soldado murió en un ataque de la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional contra un grupo de militares que participaba en la operación de seguridad en el municipio de Anorí, en el departamento de Antioquia, en el noroeste.
Sobre la violencia durante la jornada electoral, el presidente Santos dijo que “el parte es muy positivo”, y señaló que las cifras muestran que las amenazas contra los candidatos descendieron 75%, los hechos violentos 47% y los hostigamientos por parte de la guerrilla 64%. Santos también lamentó la muerte del soldado y destacó que el día se desarrolló con tranquilidad en departamentos donde habitualmente se registraban hechos de violencia, como Nariño y el Cauca, en el suroeste colombiano.
Por otra parte, Cristo reveló ayer, desde el Puesto de Mando Unificado -una instancia establecida por el Ministerio del Interior para monitorear la transparencia electoral- los casos de personas que intentaban comprar votos. Explicó que fue detenido el alcalde de Quimbaya, departamento de Quindío, que transportaba aproximadamente 15.000 dólares.
Además, en el departamento de Córdoba, un secretario de despacho fue detenido con unos 3.000 dólares encima y, en la entrada del municipio de Popayán, capital del departamento del Cauca, fue arrestado un ciudadano con el equivalente a unos 35.000 dólares.