El japonés Takaaki Kajita y el canadiense Arthur B McDonald ganaron el Nobel de Física 2015, al descubrir las oscilaciones de los neutrinos -partículas subatómicas que, después de los fotones, son las más abundantes del universo-. El descubrimiento prueba que tienen masa y pueden sufrir metamorfosis.

El hallazgo, que McDonald describió como “momento eureka”, resolvió uno de los grandes misterios acerca de los neutrinos. Desde la década del 60, se realizaron cálculos teóricos del número de neutrinos creados en las reacciones nucleares que hacen brillar al Sol, pero al realizar mediciones en la Tierra descubrieron que cerca de dos tercios de éstos no figuraban más. Lo que Kajita y McDonald descubrieron fue que estas partículas, que parecían haber desaparecido, en realidad habían cambiado de identidad, y para hacerlo, deben tener masa.

El descubrimiento de los científicos, que trabajaron por separado, es “fundamental” para la física de partículas y para la comprensión del universo, según señaló en el fallo la Real Academia de las Ciencias Sueca. El descubrimiento “cambió nuestro entendimiento del funcionamiento más profundo de la materia y puede ser crucial para nuestra visión del Universo”, expresó el comité tras hacer el anuncio.

Los científicos recibirán el premio compartido, de aproximadamente 954.000 dólares, en una ceremonia el 10 de diciembre.