La primera fase de las elecciones parlamentarias en Haití, el 9 de agosto, tuvo resultados limitados debido a las denuncias de fraude e irregularidades que presentaron distintas organizaciones de derechos humanos y algunos partidos políticos. A raíz de esto, y por los episodios de violencia que se desataron, la votación se tuvo que suspender en varias zonas del país. El domingo, los haitianos tendrán la segunda oportunidad.

Las acusaciones de irregularidades vuelven a surgir ahora pero con respecto a las encuestas. Si bien la empresa Sigma sitúa como favorita a Maryse Narcisse, candidata de Fanmi Lavalas -la principal organización opositora-, otros sondeos le atribuyen el primer lugar a Jude Celestin, de la Liga Alternativa por el Progreso y Emancipación Haitiana. Los otros candidatos preferidos son Jovenel Moïse, del Partido Haitiano Tet Kale -oficialista- y Jean-Charles Moïse, de la plataforma progresista Pitit Dessalines.

Los demás candidatos son casi desconocidos para el público y apenas han hecho campaña electoral, ya sea por la falta de apoyo financiero o porque saben que, en la extensa lista de candidatos, no son los que más chances tienen de ganar. Un claro reflejo de este escepticismo fue la actitud que tuvo el domingo el ex presidente del Senado, Simon Desras, que se presentaba como candidato por el Partido para la Liberación de las Masas e Integración Social y terminó retirándose y declarando su apoyo a Celestin, que defiende posiciones similares a las suyas y tiene más probabilidades de ganar, según explicó. En esta última semana, otros tres candidatos dejaron la competencia; dos lo hicieron para evitar que se repitan los episodios de violencia del 9 de agosto y otro porque desconfía del sistema electoral, según explicaron. De acuerdo con los medios de Haití, Celestin, Jovenel Moïse y Jean-Charles Moïse son los que se muestran más activos y adelante de Narcisse, que en los últimos días “intensificó sus esfuerzos” para crear más cercanía con la ciudadanía, según informó la agencia de noticias Efe.

Uno por uno

Los posibles presidentes de uno de los países más pobres de Latinoamérica, que todavía intenta recuperarse del terremoto que vivió hace cinco años, provienen de distintos ámbitos y plantean planes de gobierno bastante distanciados entre sí.

Por un lado está Jude Celestin, que vuelve a la carrera electoral con la Liga Alternativa por el Progreso y Emancipación Haitiana luego de haber sido derrotado en 2010 por el actual presidente haitiano, Michel Martelly. Celestin es un ingeniero de 53 años que se presenta como un “hombre simple, trabajador, que cultiva el respeto al otro y que quiere a su país”. Cuenta con un gran apoyo popular, en particular en la capital, Puerto Príncipe. El programa electoral de Celestin promueve el desarrollo de una economía abierta y competitiva, la creación de más empleo, la erradicación de la corrupción, una política exterior renovada y el fortalecimiento de las instituciones. Por su parte, Jovenel Moïse, el candidato por el partido oficialista, es un empresario de 47 años dedicado a la producción bananera, que creció en la política gracias al presidente Martelly. Moïse es muy popular en el norte del país y, sobre todo, en los sectores rurales. La campaña del empresario se basa en continuar impulsando los proyectos de desarrollo de Martelly y “mejorar lo que merezca ser mejorado”.

El ex senador Jean-Charles Moïse, por su parte, es uno de los mayores opositores al gobierno de Martelly y tiene un gran apoyo en los barrios pobres de la capital. Desde la plataforma Pitit Dessalines, lanzada hace ya un año, el dirigente es una de las opciones más a la izquierda. En plena campaña, hace unos días, señaló: “Dessalines hizo la revolución política [al unir a partidos políticos y organizaciones sociales opositores], nosotros vamos a hacer la revolución económica”. Al presentar la plataforma, el año pasado, Moïse afirmó: “La lucha no se resume a la caída del poder del presidente Martelly, nuestra plataforma quiere trastocar el sistema político actual mediante una revolución pacífica”.

Las principales líneas de su programa incluyen darle prioridad a la producción nacional de alimentos, el acceso al crédito para las pequeñas y medianas empresas, la creación de empleos en la agricultura y la promoción de una educación que priorice la ciencia, la tecnología y la industria.

Entre los principales candidatos se encuentra también la doctora en medicina Maryse Narcisse, una de las seis mujeres candidatas a la presidencia del país y dueña de una amplia carrera política. Narcisse, que entre otros cargos fue ministra consejera de la misión permanente de Haití ante las Naciones Unidas y directora de la Secretaría de la Salud de su país, recibió el apoyo del ex presidente Jean-Bertrand Aristide. Con un perfil volcado a los derechos humanos, la educación para todos, la medicina familiar y la igualdad, Narcisse también cuenta con el apoyo de la población más pobre de Haití. Su programa electoral incluye “la creación de riqueza, la justicia social, la educación inclusiva y el fortalecimiento del Estado de derecho y el medioambiente”. También es partidaria de incrementar la recaudación fiscal pero sin elevar los impuestos, y considera “imprescindible” la lucha contra el fraude fiscal y la corrupción.

En el caso de que ninguno de los candidatos presidenciales sea elegido el domingo, una segunda vuelta está prevista para el 27 de diciembre. El nuevo presidente asumiría el cargo el 7 de febrero.