Gran poder, gran responsabilidad

Francia y México impulsan una iniciativa para que los cinco países con derecho a veto en el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas se comprometan a no usarlo en asuntos que involucren crímenes de lesa humanidad. “Ya son 73 estados los que han firmado la propuesta [...]. En el caso de Francia, que cuenta con derecho a veto, sabemos que es un privilegio, pero también una responsabilidad”, dijo el ministro de Relaciones Exteriores de Francia, Laurent Fabius. Los otros países con poder de veto en el consejo son Estados Unidos, Rusia, China y Reino Unido.

La bandera palestina se izó ayer por primera vez en la sede de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Técnicamente, esto fue posible porque la ONU cambió sus reglas y desde el 10 de setiembre permite que se coloquen en su sede las banderas de los estados observadores, y no sólo de los miembros plenos. Así permitió que se izara también la bandera del Vaticano. Pero en el caso de Palestina, el hecho tiene otra dimensión simbólica y política.

La Autoridad Nacional Palestina (ANP) logró en noviembre de 2012 el reconocimiento de la condición de Estado observador, en el marco de una política de integración a ámbitos internacionales para impulsar en ellos el Estado palestino que no pudo establecer en negociaciones con Israel. Por eso ayer el presidente de la ANP, Mahmud Abbas, dijo en la sede de la ONU: “En este histórico momento en el camino del pueblo palestino hacia la libertad e independencia, digo a mi pueblo en todos los lugares: icen la bandera palestina muy alto, porque es el símbolo de nuestra identidad”.

Según informó la agencia de noticias Efe, Abbas anunció que a partir de ayer, cada año se celebraría el 30 de setiembre el Día de la Bandera Palestina, y que “pronto” ésta podría izarse “en Jerusalén como capital del Estado palestino”. La ciudad es disputada con Israel.

A su vez, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, dijo que “los símbolos son importantes” y que esperaba “que el izado de esta bandera aumente la esperanza [...] de que el Estado palestino es alcanzable”. También consideró que para que esto se logre, “el Estado palestino requiere acciones decisivas hacia la unidad nacional”, que comiencen por “asegurar que Cisjordania y Gaza se integran bajo una sola autoridad”. La ANP funciona como autoridad en Cisjordania, pero en Gaza se mantiene un gobierno del movimiento islamista Hamas, instalado en 2007.

Poco antes de izar la bandera, ante la Asamblea General, donde Palestina tiene voz pero no voto, Abbas declaró un quiebre con los acuerdos de Oslo de 1993 con Israel, que han marcado la ruta de los fracasados diálogos entre las dos partes. “Declaramos que no podemos seguir obligados legalmente por estos acuerdos firmados, y que Israel debe asumir todas sus responsabilidades como poder ocupante”, dijo el presidente palestino. “Nuestra paciencia ha llegado a su fin”, concluyó. Agregó que ésta será la postura de la ANP “mientras Israel se niegue a acabar con las actividades de asentamientos y a liberar al cuarto grupo de presos palestinos”, y mientras los israelíes “violen continuamente” esos acuerdos, que incluyen, por ejemplo, la cooperación en materia de seguridad entre las dos partes.

“Ya no es útil gastar tiempo en negociaciones por el mero hecho de negociar; lo que se requiere es movilizar los esfuerzos internacionales para supervisar un fin de la ocupación en línea con las resoluciones de legitimidad internacional”, dijo Abbas. “Hasta entonces, llamo a la ONU a proporcionar protección internacional para el pueblo palestino, de acuerdo con la ley humanitaria internacional”, pidió Abbas.

Hoy será el turno del presidente de Israel, Benjamin Netanyahu, de hablar ante la Asamblea General de la ONU. Ayer su gobierno dijo en un comunicado que el discurso de Abbas fue difamador y perjudicial para la paz en Medio Oriente.