Los atentados del viernes en París, reivindicados por el grupo jihadista Estado Islámico (EI), anclaron el tema de la seguridad nacional en el centro de la carrera a la presidencia de Estados Unidos y obligaron a los candidatos -demócratas y republicanos- a incluir sus posiciones en los discursos.

El sábado, el segundo debate televisado de los candidatos demócratas, que pretendía estar dedicado a los asuntos económicos, destinó una gran parte del tiempo a discutir sobre terrorismo, seguridad nacional y política exterior.

Hillary Clinton, que lidera las encuestas, subrayó que EI es la “principal amenaza” terrorista y “debe ser derrotado”, y recordó que en las elecciones los estadounidenses no sólo eligen a un presidente, sino también a un “comandante en jefe”. Además, la ex secretaria de Estado aclaró que la “guerra” no es “con el islam” ni “con los musulmanes”, sino con los jihadistas, y señaló que la batalla contra EI “no puede ser una lucha estadounidense”.

El senador Bernie Sanders, que va segundo en las encuestas, afirmó en su turno que los países musulmanes deben involucrarse más para combatir a EI y dijo que “esto es una guerra por el alma del islam”. Además, criticó a Clinton por haber votado en 2003 a favor de la invasión a Irak y definió esa intervención como “uno de los peores errores de política exterior en la historia de Estados Unidos” y como el origen del “nivel de inestabilidad” actual. Martin O`Malley, ex gobernador de Maryland, que aparece más abajo en las encuestas, siguió en la misma línea que Sanders y afirmó que la situación en países como Libia, Siria o Irak “es un desastre”, en parte, por culpa de las intervenciones de su país.

Los candidatos republicanos no tuvieron debate este fin de semana, pero de todos modos se refirieron públicamente a los atentados cometidos en París. Jeb Bush, ya entre los menos favoritos, fue directo al grano y dijo que, ante la escalada de EI, Estados Unidos debería “declararle la guerra”. Ayer, en el programa This Morning, de la cadena CBS, defendió el envío de más tropas a Siria e Irak e insistió en marcar el liderazgo de los soldados estadounidenses para “destruir a los jihadistas”. Cuando le preguntaron si confiaría la seguridad del país a sus rivales republicanos, replicó: “Estoy más preocupado por Hillary Clinton, que piensa que Estados Unidos no tiene un rol de líder” en la lucha contra EI.

Marco Rubio, que gana cada vez más apoyo y se posiciona tercero en las encuestas, también aseguró que una de las soluciones es enviar más soldados a la zona de conflicto y criticó a Clinton por no usar el término “islam radical” para referirse a los jihadistas. “Sería como decir que no estábamos en guerra con los nazis porque teníamos miedo de ofender a algunos alemanes que podrían haber sido miembros del Partido Nazi, pero que no eran violentos”, dijo el domingo a la cadena ABC.

Por su parte, Donald Trump alertó ayer sobre la necesidad de “vigilar y estudiar” las mezquitas de Nueva York, dijo que él consideraría “muy seriamente” cerrarlas y pidió atacar las fuentes económicas, especialmente las de petróleo, que financian a EI. En una entrevista a la cadena MSNBC, el empresario, que está segundo en las encuestas, también apoyó el envío de más tropas a Medio Oriente. El favorito en la interna republicana, Ben Carson, se limitó a decir el domingo en el canal Fox que aceptar refugiados sirios en Estados Unidos, “bajo estas circunstancias”, sería “una suspensión de intelecto”.