La Fiscalía de París confirmó ayer que Abdelhamid Abaaoud, el autor intelectual de los ataques del viernes en la capital francesa -reivindicados por el grupo jihadista Estado Islámico (EI)-, fue una de las personas que murieron el miércoles durante la operación policial en Saint-Denis que logró frenar otro posible atentado.
Capturar a Abaaoud, de origen belga, era el objetivo de esa operación policial desplegada en las afueras de París. Sin embargo, hasta ayer no se sabía si había cumplido ese objetivo: faltaba verificar las identidades de los muertos y de los detenidos.
El nombre de Abaaoud surgió a partir de un celular encontrado cerca del centro de espectáculos Bataclan, uno de los blancos de los jihadistas, donde el viernes murieron 89 personas. Un mensaje de texto en este teléfono sirvió para confirmar, después de escuchas y de rastreos bancarios, que Abaaoud no sólo era, según las autoridades, el “cerebro” de los atentados del viernes, sino que, además, se encontraba en Francia. Las pistas llevaron al tercer piso de un apartamento en Saint-Denis, una ciudad al norte de la capital de población mayoritariamente musulmana, y allí lo fueron a buscar.
Luego de siete horas de asedio policial, siete personas quedaron detenidas y dos murieron: una mujer que detonó su cinturón de explosivos y cuya identidad aún se desconoce, y Abaaoud, quien al parecer murió en el intercambio de balas. Después de finalizar el operativo, la Policía allanó el apartamento y se encontró con “un verdadero arsenal de guerra”, que indicaba que el grupo que operaba ahí estaba “listo” para cometer un nuevo atentado, dijo el fiscal de París, François Molins. Ayer, la Fiscalía confirmó la muerte del jihadista belga mediante un comunicado, en el que informó, también, que “se ignora” si “se hizo, o no, explotar”.
El ministro del Interior francés, Bernard Cazeneuve, señaló ayer en una conferencia de prensa que Abaaoud “tuvo un papel determinante en los atentados” del viernes, que dejaron 129 muertos, e informó que “estuvo implicado” también en cuatro de los seis atentados que las autoridades francesas frenaron desde marzo. Según el ministro, esos intentos de atentados “repiten” un mismo patrón: se trata de acciones programadas en el extranjero y ejecutadas por jihadistas europeos formados en el manejo de armas y explosivos.
Además, Cazeneuve dijo que Francia no recibió información de otros países europeos que indicara que Abaaoud había ingresado a Europa hasta el lunes, lo que pone en cuestión, nuevamente, la eficacia de los controles en las fronteras y de los servicios de seguridad europeos, que habían ubicado en Siria al líder intelectual de los atentados, que ya había sido condenado en Bélgica. “La cooperación en la lucha antiterrorista es crucial”, aseguró.
Con Abaaoud muerto, la investigación de la Fiscalía se centrará en buscar y capturar a Salah Abdeslam, otro belga involucrado en los detalles logísticos de la matanza del viernes, hermano de uno de los atacantes suicidas, y amigo de Abaaoud desde la infancia.
Abaaoud viajó de Bélgica a Siria en 2013, año en que aparece por primera vez en un video de EI, en el que dice que se entrena junto a otros franceses cerca de Alepo, según informó la agencia de noticias Efe. En poco tiempo, Abaaoud asumió un rol de liderazgo reclutando a otros combatientes francófonos bajo las órdenes de Abu Mohammed al Adnani, el portavoz del grupo jihadista. En julio, la Justicia de Bélgica lo había condenado a 20 años de cárcel por participar en un “proceso de reclutamiento de jóvenes belgas” para la organización terrorista. La Fiscalía parisina consideró que, al momento de su muerte, Abaaoud era considerado un “alto mando de EI” en Siria.
Ayer Francia presentó ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas un proyecto de resolución en el que llama a los países a tomar “todas las medidas necesarias” para actuar contra EI y otros grupos jihadistas que actúan en Siria e Irak. Además, solicita que se amplíen las sanciones contra “individuos y entidades vinculadas con EI”, y pide emplear más mecanismos para detener el flujo de militantes extranjeros hacia Siria e Irak.
En tanto, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dijo ayer que la guerra civil en Siria, que empezó en 2011, no va a terminar “mientras [el presidente Bashar] Al Assad continúe en el poder”. Desde Manila, Filipinas, donde ayer terminó la cumbre del Foro de Asociación Económica Asia-Pacífico, Obama dijo que Rusia “giró el foco de su operación militar” al atacar zonas donde operan grupos opositores a Al Assad, cuando lo que “hace falta” es “que fije el foco en lo que supone la principal amenaza, que es EI”. Además, recordó que Rusia “fue un socio constructivo en las negociaciones de Viena para tratar de conducir una transición pacífica en Siria”, y reiteró que ese proceso implica que el presidente Al Assad abandone el gobierno.