Las medidas del presidente estadounidense, Barack Obama, para detener la deportación de millones de inmigrantes ilegales serán juzgadas por la Corte Suprema de Justicia mientras permanecen suspendidas. Cuando Obama anunció estas medidas, a fines de 2014, los 26 estados que son gobernados por el Partido Republicano recurrieron a la Justicia. Argumentaron que el presidente se extralimitó en sus funciones al aprobar estas políticas con carácter nacional, cuando son competencia de los gobiernos estatales.
Un tribunal de primera instancia les dio la razón en febrero y suspendió estas medidas; esta decisión fue ratificada ayer en otra corte, y el Departamento de Justicia anunció que apelaría ante la Corte Suprema de Justicia. Se prevé que ésta decida durante este mes si la admite para tratarla el año próximo o si la posterga.
Organizaciones dedicadas a proteger los derechos de los inmigrantes reclamaban ayer que la corte trate esta situación con la mayor celeridad posible, ya que los indocumentados que serían protegidos por estas medidas están siendo deportados. El portavoz del Departamento de Justicia, Patrick Rodenbush, aseguró que la Casa Blanca ha dispuesto que las deportaciones se ordenen, de forma tal que se posterga, de facto, a quienes serían protegidos por las medidas de Obama.