Lo hicieron frente a su círculo íntimo de amistades y algunos familiares. Se casaron en julio de 2015, pero recibieron su mayor sorpresa y alegría en octubre, cuando un papel confirmó la unión en matrimonio de Jazmín Elizondo Arias y Laura Flores-Estrada Pimentel.

En Costa Rica está prohibido por ley el matrimonio entre personas del mismo sexo, pero éste es un caso particular. Cuando Jazmín solicitó su cédula de identidad, el funcionario del registro la anotó, por error, como de sexo masculino.

Cuando las dos mujeres se conocieron éste fue un dato sin importancia, pero en un restaurante, al finalizar una marcha del Orgullo Gay, algunos amigos les hicieron ver que eso les daba la posibilidad de casarse. “Lo hacemos porque queremos visibilizar que todos deberíamos tener acceso básico a los derechos humanos”, aseguró Laura, tras contar la anécdota que disparó tanto el deseo como la necesidad de casarse.

Eran las 3.00 y Jazmín se despertó con fiebre y dolor; tenía una infección en las encías. Laura recordó que contaba con un seguro que cubría problema odontológicos y llamó. “Tras describir la situación nos preguntaron por los datos personales y cuál era nuestra relación. Dudé. Fue un momento engorroso y tras unos segundos dije: ‘Mi pareja’”. Acto seguido, le indicaron que el seguro únicamente cubría a su “esposo”, hijos y padres. Tuvo que pagar por el servicio.

Situaciones de ese tipo ocurren todos los días en Costa Rica y son parte de lo que reivindica la comunidad LGBT para exigir el matrimonio igualitario. Existen proyectos de ley que buscan legalizar esa figura y también la de “unión de hecho”, pero los avances en el Parlamento son escasos.

Pese a eso, ha habido algunos progresos aislados. En diciembre de 2014, Rodrigo Barquero logró asegurar a su pareja, Daniel Morales, ante la Caja Costarricense del Seguro Social, tras una reforma del reglamento interno de ese organismo. En junio de 2015, Christian Zamora y Gerald Castro lograron el reconocimiento como unión de hecho tras una reforma a la Ley de la Persona Joven que indica que no se discriminará por orientación sexual.

Para Laura y Jazmín la sociedad costarricense no avanza. Las siguen insultando en la calle, y hay muchas personas que buscan anular cada pequeño paso de reconocimiento de sus derechos. “El juez que falló a favor de Christian y Gerald es tratado casi como si fuera un delincuente. Eso no puede ser avanzar, en ningún sentido de la palabra”, se lamentó Jazmín. “Somos conscientes de que podrían intentar anularlo, pero en ese caso se cambiaría en el papel el sexo a Jazmín. En ese caso, qué pasa con las trans; ahí no lo cambian y aducen que lo que manda es el papel. Pues aquí también manda el papel”, enfatizó Laura.

Buscan anularlo

El tema estalló luego de que las protagonistas publicaran en sus redes sociales el papel que las certifica como esposos: “Histórico”, “Error del registro civil permitió matrimonio entre dos mujeres”, “Primer matrimonio gay en Centroamérica”. Horas después de las primeras publicaciones, el Registro Civil anunció que buscará anular la unión legal de la pareja. Adujeron que no puede actuarse en contra de la ley por un error humano en el registro de Jazmín Elizondo.

Incluso el abogado que las casó, el activista por los derechos de la comunidad LGBT Marco Castillo, es ahora investigado por el Colegio de Abogados de Costa Rica. Él casó legalmente a un hombre con una mujer, asegura. Aún así, podría ser inhabilitado para ejercer su profesión por diez años e incluso podría ir a prisión.

La abogada feminista Yaruma González afirmó que queda claro que el derecho debería dar respuesta a las diversas necesidades sociales, y que lo que está pasando en Costa Rica es completamente al revés. “Vivimos con un marco jurídico completamente ajeno a la sociedad, seguimos viviendo en una realidad que no existe”, aseguró.

La posible anulación del matrimonio con su respectiva corrección del sexo en la cédula de identidad de Jazmín pondría en debate el cambio de sexo de las personas trans. La pregunta que está en el aire es: ¿qué tipo de exámenes le realizarán? Y ¿qué pasa si se niega a realizarlos?

La boda más significativa ya se había llevado a cabo; el matrimonio legal lo hicieron después, justamente, para que tuviera lugar esta discusión en una sociedad conservadora como la costarricense. “Es absurdo que nosotras tengamos esta posibilidad y que otras mujeres, en idéntica situación, no tengan los mismos derechos. O sea que por un error… es absurdo”, señaló Jazmín. Aseguró que ambas lucharán para que el matrimonio no sea anulado y para que se acepte a cabalidad el matrimonio igualitario en Costa Rica.