-Hace más de un año se habló de que el movimiento Hamas y Al Fatah, el partido del presidente, Mahmud Abbas, iban a intentar formar un gobierno de unidad, pero no ha habido noticias al respecto. ¿Se ha formado? ¿Usted representa a ese gobierno, o la suya es una representación “apolítica”?
-Nuestra embajada representa a todo el pueblo palestino.
-¿Usted pertenece a Al Fatah?
-No importa, soy representante del pueblo palestino donde se encuentre, del gobierno palestino y del presidente palestino. Nosotros tenemos un sistema presidencial de gobierno, el presidente es electo directamente por el pueblo y designa a un legislador de la bancada mayoritaria como primer ministro que, sea de la organización que sea, tiene que cumplir con la plataforma política del presidente. La plataforma de Abbas fue lograr la paz por medio del diálogo con Israel, no a la violencia, no al uso de armas, sí a la resistencia pacífica. La recepción de nuestra gestión política diplomática ha sido muy positiva, por lo que hoy 138 países reconocen al Estado palestino. No nos gusta hablar de estas divisiones pequeñas, porque nuestro pueblo tiene un solo problema: la ocupación de su patria por Israel. Todos los palestinos en el mundo tienen un solo problema, no dos, ni tres, ni cuatro: la ocupación de Israel de los territorios, la expulsión del pueblo en 1947 y 1948. Ésa fue una injusticia internacional contra el pueblo palestino: aparte de expulsarlo, las bandas sionistas querían perseguirlo y asesinarlo. En sus últimos años, el mandato británico en Palestina apoyó la creación de bandas sionistas terroristas que incluso atacaron a los mismos británicos y asesinaron al conde [Floke] Bernadotte, que era el enviado de la ONU para la cuestión palestina. Varios de ellos fueron requeridos por la Justicia inglesa, incluso Isaac Shamir y Menachem Begin eran buscados por la Policía británica y se convirtieron en primeros ministros. Ésa es la mentalidad que hay. El acuerdo de Oslo, que se firmó en 1993, establece cinco años de transición para que se produzca la paz y se cree el Estado palestino independiente, pero Israel no cumple ningún acuerdo, al contrario: construyó colonias ilegales y muros de apartheid.
-¿El gobierno palestino está intentando hacer algo para frenar a los jóvenes que intentan asesinar israelíes apuñalándolos?
-La pregunta tiene que ser al revés: ¿por qué se produce eso? ¿Usted conoce la magnitud de la ocupación de Israel? Israel llega a las 5.00 a la casa de cualquier familia, mientras los niños están durmiendo; no respetan mujeres, niños ni ancianos, sacan a cualquiera de la casa y lo matan… ¿Qué significa esto para esos niños chiquitos desde el punto de vista psicológico? Hay que ver lo que hace el ocupante, no la víctima de la ocupación, que somos nosotros. El ser humano se defiende cuando entran a su casa, se resiste; eso es lo que está pasando. A veces se dice que es una intifada, pero no es eso: es el pueblo palestino que no puede aguantar más las humillaciones y las violaciones de derechos humanos. ¿Cómo se compara una piedra con un tanque de guerra? Nuestra revolución contemporánea ha sido muy difícil, pero la voluntad, la dignidad y la esperanza palestinas nos llevaron hasta donde estamos hoy, gracias al sacrificio de nuestro pueblo y a la solidaridad internacional, porque llega un momento en el que hay que ser valiente para estar a favor de la paz en Palestina. Cuando hablamos de derechos humanos en Palestina mucha gente no escucha y no ve porque no quiere; ésa es la injusticia que estamos viviendo. La causa palestina es justa, y el mundo tiene que asumir su responsabilidad moral e histórica, especialmente la ONU, para rectificar su error histórico con Palestina, porque hay resoluciones para la creación de dos estados. ¿Por qué no nos ayudan a llevar esto a cabo? ¿Por qué no le exigen a Israel que se retire de los territorios ocupados?
-Pero estos ataques no son parte de la resistencia pacífica a la que usted hace referencia.
-Estoy hablando del derecho de todos los pueblos a resistir la ocupación, el colonialismo y sus manifestaciones. Israel quiere borrar la historia del pueblo palestino, y no puede ser esta impunidad que el mundo otorga a Israel para hacer este salvajismo. Insisto: el problema con Israel es la ocupación de los territorios palestinos ocupados, no es otra cosa. A veces vienen a preguntarme si nosotros reconocemos a Israel. ¡Claro que sí! El problema no es ése, es la ocupación y la política de destrucción masiva. Nosotros presentamos el caso ante la Corte Penal Internacional de La Haya, con asesinatos de todo tipo filmados y documentados, porque a los criminales hay que llevarlos a la Justicia. No estamos hablando poéticamente: Israel todos los días está matando jóvenes palestinos, está asesinando a la nueva generación de los hijos de nuestro pueblo.
-En los últimos años, Abbas ha lanzado una campaña diplomática en la línea de la resistencia pacífica. El reconocimiento del Estado palestino es un tema muy delicado en muchos países. Más allá de toda la argumentación que usted me dio, ¿estos ataques hacen más escabroso ese camino de buscar apoyos?
-Hemos llevado este proceso de lucha del pueblo palestino para reclamar nuestro derecho, y hoy estamos donde nace el problema: en la ONU. Estamos luchando armados con la ley internacional, con las resoluciones de la ONU que exigen a Israel que se retire de los territorios ocupados y la solución de dos estados, con las fronteras de 1967 y con la capital palestina en Jerusalén Oriental. Hay que destacar que estamos solicitando a la ONU la protección internacional al pueblo palestino, estamos pidiendo oficialmente a la ONU que proteja al pueblo palestino.
-¿Con una misión de paz, con cascos azules?
-Cascos azules, fuerzas, como hacen con otros países. ¿Por qué a nosotros no, si estamos enfrentando una guerra diaria de asesinatos y destrucción? Basta, decimos basta. Optamos oficialmente por el camino del diálogo y la paz para llegar a nuestros objetivos, y confiamos plenamente en que la mejor forma es ir a la ONU. Estamos en esto hace varios años ya y, poco a poco, estamos logrando una conciencia, por ejemplo, en la Unión Europea (UE). Hablamos con todos los países, nunca me va a escuchar pedirle a un país o a una persona que rompa relaciones con Israel. Nunca. Nosotros decimos que Israel y Palestina tienen que ser como establece el consenso internacional: dos estados en convivencia y en paz. Hay una iniciativa árabe de paz que plantea eso: que Israel cumpla con las resoluciones de la ONU, se retire de los territorios palestinos según las fronteras de 1967, se cree el Estado palestino, y los países árabes, más los países islámicos -estamos hablando de 57 países- van a reconocer a Israel. ¿Ésa no es la mejor opción por la paz?
-La UE anunció que empezará a etiquetar de forma diferenciada los productos que sean producidos en las colonias que están en los territorios ocupados. En la III Cumbre América del Sur-Países Árabes, Abbas instó a los países de América del Sur a que tomaran la misma medida. ¿Sabe si algún país de la región avanza en ese sentido?
-¿Por qué la decisión? Porque si usted ocupa un territorio de forma ilegal y nosotros estamos exigiendo que se retire, sus colonias acá son ilegales y, por consiguiente, todo lo que se produce es ilegal. En América del Sur tenemos el reconocimiento de todos los países y eso nos va a ayudar a estar en contacto. Los palestinos tenemos cultura de paz y convivencia, nunca hemos tenido el problema religioso. Cuando el presidente asume su cargo jura sobre los dos libros sagrados -el Corán y la Biblia- porque somos así; para nosotros, cristiano, musulmán y judío es todo lo mismo, estamos hablando de seres humanos. Es muy peligroso convertir el conflicto en religioso; eso es lo que quiere hacer [el primer ministro israelí, Benjamin] Netanyahu, pero el conflicto con Israel es político.