“Cerramos un proyecto de éxito con la voluntad de abrir uno mejor”, dijo ayer el coordinador general de CDC, Josep Rull. La disolución se oficializará durante el próximo congreso del partido, cuya fecha todavía no se fijó, y llega en un momento en que la formación que dirige Mas se ve involucrada en varios casos de corrupción, con todas sus sedes embargadas y el tesorero del partido preso. Según Rull, la “refundación” de CDC no se plantea para tapar los casos de corrupción, sino para cumplir con dos objetivos: “ensanchar la mayoría de partidarios de la independencia” y trabajar para “culminar” el proceso soberanista, de acuerdo con el portal de la Radio y Televisión Española. La idea es formar “un partido posindependencia, un partido normal de un país normal, un partido para un país independiente”, precisó Rull.

El proceso de disolución -que, según se prevé, llevará de cuatro a cinco meses- se hará en dos etapas: primero, se reducirán las cuestiones operativas del actual partido a “la mínima expresión” y, luego, se invitará a los militantes a migrar hacia la nueva formación. Mas hizo este anuncio en el acto de presentación de la candidatura de Democràcia i Llibertat para las elecciones generales del 20 de diciembre, en las que por primera vez CDC ya no se presenta con su nombre.