Pese a que la oposición catalana intentó que no se realizara la votación, e incluso que se suspendiera la sesión del Poder Legislativo autonómico (ver Una pausa en su camino), el Parlamento catalán votó la resolución propuesta una semana atrás por las formaciones soberanistas: la coalición Juntos por el Sí y el partido Candidatura de Unidad Popular (CUP).

Simbólicamente, la Mesa del Parlamento, que es presidida por Carme Forcadell -la ex líder de la Asamblea Nacional Catalana, uno de los principales movimientos sociales soberanistas-, fijó la votación para el 9 de noviembre, día en el que se cumplió un año de la consulta popular sobre la independencia que luego fue declarada ilegal por el Tribunal Constitucional (TC).

La resolución se aprobó con los votos de Juntos por el Sí y la CUP, sin que se sumaran diputados de las otras organizaciones políticas: fueron 72 votos a favor y 63 en contra. “Esto ya no tiene freno: si no es hoy será mañana, si no somos nosotros serán otros, pero este país ya ha dicho alto, y ha llegado la hora de ir a por todas”, dijo Raül Romeva, líder de la bancada de Juntos por el Sí, cuya lista fue la más votada en las elecciones del 27 de octubre.

El debate previo a la votación fue caldeado. Inés Arrimadas, la líder de Ciudadanos (el partido opositor con más representación en el Parlamento), dijo que las formaciones soberanistas “usan el sentimiento legítimo de muchos catalanes que quieren la independencia por un beneficio personal”. Por su parte, Joan Coscubiela, portavoz de la alianza Cataluña Sí se Puede (que une a Podemos e Iniciativa por Cataluña Verdes, entre otros), acusó a los diputados soberanistas de saber que “no tienen legitimidad” para llevar adelante este proceso, porque en las elecciones no obtuvieron 50% de los votos.

El líder socialista Miquel Iceta consideró que “esta propuesta hace imposible la negociación” con el gobierno español, mientras el Partido Popular optó por mostrar su rechazo exhibiendo banderas de España tras la votación.

Apenas se conoció que la resolución fue aprobada, el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, envió al Consejo de Estado -un órgano consultivo- un borrador del recurso que presentaría ante el TC. Así lo anunció el propio Rajoy en Twitter. Además, convocó para una reunión que se realizará hoy a Pedro Sánchez, líder del Partido Socialista Obrero Español. Justamente, Sánchez convocó ayer a una conferencia en la que dijo que la declaración catalana es “el mayor desafío al orden constitucional de España” desde el retorno a la democracia. “Ante el desafío secesionista, el Estado tiene el derecho y la obligación de adoptar las decisiones y medidas necesarias para restaurar el cumplimiento de la Constitución”, subrayó Sánchez, enviando un mensaje de apoyo a Rajoy que se prevé que hoy reafirmará al salir del encuentro. Cataluña y la monarquía parecen ser los temas que más unen a los partidos tradicionales de España.

Rajoy también convocó para hoy a los líderes de Podemos, Pablo Iglesias, y Ciudadanos, Albert Rivera, para ponerlos al tanto de los pasos que adoptará su gobierno ante la iniciativa catalana. Sánchez y Rivera ya habían manifestado su acuerdo con los pasos que seguirá el gobierno. Por su parte, Iglesias anunció ayer en Twitter que le pedirá a Rajoy que convoque a un referéndum independentista en Cataluña para respetar el “derecho a decidir”.

Próximos pasos

El borrador del recurso de inconstitucionalidad que el gobierno va a presentar ante el TC será aprobado rápidamente por el Consejo de Estado, y hoy o mañana se reunirá el Consejo de Ministros para hacer lo mismo. El tribunal decidirá al respecto en su sesión del jueves. La legislación española establece que cuando el TC acepta tramitar un recurso del Estado contra una iniciativa, ésta queda automáticamente suspendida.

Además, Rajoy pedirá al TC que le avise expresamente a Forcadell de esta medida, porque si la desobedece podría buscar su inhabilitación. Esto es posible gracias a la reforma de ese tribunal que impulsó el Ejecutivo justamente para enfrentar esta situación con Cataluña.

Allí comienza el terreno de la incertidumbre. La resolución aprobada por el Parlamento catalán insta al Legislativo y al Ejecutivo catalanes a no obedecer las normas españolas ni al TC, al que menciona específicamente. Queda por ver si el gobierno catalán cumplirá con esa consigna, pero, incluso antes de eso, queda por ver si habrá gobierno catalán para ese entonces. Artur Mas pretende seguir al frente del Ejecutivo y ayer dio su discurso previo a la votación de investidura, que está prevista para hoy, pero la CUP parece mantener su posición de no votarlo.

Buscando la re-re

Con miras a lograr su tercera elección en el Parlamento como presidente de la Generalitat, Mas dio ayer un encendido discurso en el que aseguró que “ninguna querella, ninguna amenaza, ningún miedo puede parar el anhelo de millones de personas”. Además de avivar la llama del independentismo con la promesa de un país “más justo, más estable y más transparente”, que “habría podido mantener el Estado del bienestar sin recortes”, Mas aprovechó la oportunidad para reiterar sus críticas al gobierno español, que se ha negado a negociar “pese a que la ciudadanía de Cataluña lo ha pedido de una forma u otra” y que “utiliza las herramientas para acallar la democracia y no para promoverla”, en referencia al TC.

Sin embargo, Mas bajó el tono de las interpretaciones de la resolución, y subrayó que ésta no dice que esté prevista “una declaración unilateral de independencia”, y que sí “ofrece voluntad de diálogo con el Estado Español y la Unión Europea”.

Mas también intentó seducir a la CUP señalando que busca un mandato de 18 meses, después de los cuales se votaría en referéndum la nueva Constitución catalana, y advirtió que para seguir este proceso “hace falta todo el mundo”, porque si no se “encallará”. Sin embargo, las probabilidades de que Mas sea investido presidente de la Generalitat hoy parecen pocas. Tras su discurso tomaron la palabra varios diputados en nombre de su partido, y llegó el turno de Albert Botran, de la CUP. “Nuestro voto será coherente con lo que hemos dicho hasta ahora”, dijo, antes de señalar que el proceso independentista “no se encalla en la cuestión de la presidencia”, sino que “[se] puede sacar adelante esté quien esté al frente”.

Mas precisa la mayoría absoluta de los votos para ser investido hoy. Si no los reúne, tal como parece que va a suceder, la sesión parlamentaria se retomará el jueves, y en esa instancia necesitaría una mayoría simple, para la que también precisa los votos de la CUP. Si tampoco es investido en esa segunda instancia, hay tiempo hasta el 9 de enero para buscar un acuerdo; si no se alcanza, se convocará a elecciones.