Israel bombardeó las afueras de Damasco, la capital siria, el sábado de noche, y mató a Samir Qantar, uno de los principales dirigentes de Hezbolá. No es la primera vez que Israel incursiona en el conflicto sirio para matar a dirigentes del grupo chiita libanés Hezbolá, que brinda apoyo militar y logístico al gobierno del presidente sirio, Bashar al Assad. En enero, por ejemplo, un avión no tripulado israelí causó la muerte de seis miembros del grupo libanés. El bombardeo del sábado, que no fue reconocido oficialmente por Israel y dejó nueve muertos, fue calificado de ataque “terrorista” por la agencia oficial de noticias de Siria, SANA.

De acuerdo con el diario israelí Haaretz, Qantar era considerado por el Ejército israelí el principal responsable de un grupo de Hezbolá que planeaba lanzar ataques sobre los Altos del Golán, territorio sirio ocupado por Israel. El diario Yediot Aharonot agrega que el objetivo de Hezbolá en el Golán era causar desestabilización y convertirlo en una zona “más o menos amistosa” para ese grupo y para Irán.

Tras la muerte de Qantar, tres cohetes lanzados desde el sur de Líbano impactaron en el norte israelí sin causar daños. Como respuesta, Israel bombardeó la zona de la cual provinieron esos cohetes. Anoche se desconocía si este segundo ataque israelí había causado víctimas.