Dos meses después del lanzamiento de la campaña electoral en Perú, el oficialismo anunció su fórmula presidencial. El domingo 13, el gobernante Partido Nacionalista confirmó que el candidato a presidente sería el ex ministro del Interior y militar Daniel Urresti. El martes 22, la formación lanzó la candidatura a la vicepresidencia de Susana Villarán, ex alcaldesa de Lima por la coalición de izquierda Fuerza Social y reconocida por su activismo a favor de los derechos humanos. Se trata de una alianza que posiblemente nadie había imaginado.

Desde 2013 Urresti es investigado por el asesinato del periodista Hugo Bustíos, en Ayacucho. Bustíos murió durante un operativo militar que supuestamente dirigía Urresti, que en ese momento era el jefe de la inteligencia militar en la zona. Varios testigos dijeron haberlo visto dirigiendo la patrulla que mató al periodista, entre ellos Amador Vidal, un general que estuvo en prisión por este delito, e Isabel Rodríguez, una mujer que vivía en la zona. Durante el juicio, Rodríguez no sólo culpó a Urresti por el asesinato, sino que además lo acusó de haberla violado en dos ocasiones. Según informó el diario Página 12, el ahora candidato oficialista está involucrado en múltiples casos de violaciones a los derechos humanos cometidas en Ayacucho que no llegaron a juicio.

Aunque el proceso en su contra le impide a Urresti salir de Perú, el militar pudo desenvolverse como ministro del Interior, avalado por un gobierno que lo considera inocente, y ahora logró presentarse a las elecciones como candidato a la presidencia. A esta situación poco común se suma otra: su compañera de fórmula es Villarán, una militante de izquierda que años atrás ganó las elecciones a la alcaldía de Lima y que, paradójicamente, fue secretaria ejecutiva de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos e integrante de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

Villarán dejó la Alcaldía de Lima el 1º de enero y, desde entonces, había expresado su deseo de “alejarse de la política activa”. Sin embargo, la semana pasada anunció en su cuenta de Facebook que hará todo lo que esté en sus manos para “evitar que el fujimorismo regrese al gobierno” de Perú. Tras el anuncio, distintos sectores políticos y sociales condenaron su decisión. “Cada uno es dueño de sus decisiones; respeto a Susana como persona, pero no comparto esta medida en particular. No he conversado con ella, no sé cuáles son sus razones [para vincularse con el Partido Nacionalista]. Hay muchas maneras de combatir al fujimorismo, yo no lo haría al lado de Urresti”, dijo al diario peruano El Comercio Augusto Rey, que fue el vocero de Villarán durante la última campaña municipal.

Por otro lado, la familia de Bustíos divulgó un comunicado en el que señala que el apoyo de Villarán a la candidatura de Urresti es “una vergüenza” que “insulta, veja e indigna a los familiares de víctimas de graves violaciones a los derechos humanos” que luchan “contra la injusticia, la impunidad y el olvido”. El documento agrega: “Jamás en la historia de América Latina se había dado el caso de un acusado por crímenes de lesa humanidad asociado políticamente con una ex integrante de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos”.