Los pasos a seguir parecían sencillos. Juntos por el Sí, la coalición independentista formada por Convergencia Democrática de Cataluña y Esquerra Republicana de Cataluña, entre otros, le ofreció el miércoles a la CUP una “última propuesta” para facilitar un pacto de gobernabilidad en Cataluña e impulsar la investidura de Mas como presidente de la Generalitat. La CUP, un partido de izquierda radical también independentista pero renuente a aceptar el liderazgo de Mas, decidió someterla a votación en la asamblea de ayer.

En las elecciones de setiembre, Juntos por el Sí no consiguió la mayoría para gobernar y ahora necesita los votos de la CUP para que Mas tenga el suficiente apoyo en el Parlamento para liderar otro Ejecutivo. Sin embargo, tras 12 horas de votación y debate, un empate perfecto entre los militantes de la CUP dejó el futuro de Mas y de Cataluña en el tintero.

Ese empate ocurrió en un intento de llegar a una mayoría que no se logró en dos votaciones anteriores. Los más de 3.000 votantes tuvieron que elegir, básicamente, entre dos opciones: aceptar la propuesta de Juntos por el Sí y facilitar la investidura de Mas, o rechazarla. Durante la primera votación, se impuso el rechazo a Mas y al acuerdo con 1.418 votos, 47,14%, menos de tres puntos por debajo del 50% que le hubiera dado la victoria definitiva a esa posición. En tanto, 1.359 personas -45,7%- avalaron la propuesta y la investidura de quien es ahora el presidente en funciones.

El resto de los votos (casi 7%) se dividió entre los que rechazaban la propuesta pero aceptaban la investidura de Mas y aquellos que defendían una abstención de la CUP e instaban a la coalición a buscar otros acuerdos que no involucren a su formación. Durante la segunda ronda, el No a Mas logró 1.512 votos, 49,78%, y arañó la mayoría. Por el Sí optaron 1.482 personas, es decir, 48,71%. Ante este panorama, se resolvió una tercera y última votación. El resultado fue, para muchos, insólito: 1.515 votos a favor de renovar el mandato de Mas y 1.515 en contra.

Una vez finalizada la votación, el presidente del grupo parlamentario de la CUP, Antonio Baños, expresó ante la prensa local que “la República Catalana sólo se puede hacer de una manera”, que es “a través del debate popular y del voto”, situación que, señaló, se dio ayer durante la asamblea. Agregó que su formación no tiene “miedo” de que “1.000, 2.000 o 3.000 personas” tomen las decisiones, “porque demasiadas veces las ha tomado una sola persona, colgada de un teléfono”. El 2 de enero el consejo político de la CUP -un organismo intermediario entre las asambleas locales y el secretariado nacional del partido- deberá llegar a una solución, lo que, en palabras de Baños, será un “reto político”. La fecha límite para que Mas logre la investidura es el 10 de enero. Si para entonces no lo consigue, los catalanes serán convocados a nuevas elecciones.