Más de 400 rebeldes y civiles fueron evacuados ayer de las ciudades asediadas sirias de Al Zabadani, Fua y Kefraya, luego de que el gobierno del presidente Bashar al Assad y la oposición firmaran un acuerdo que aseguraba una salida segura del país para quienes se encontraban atrapados por el cerco militar desde hacía meses. La operación, que fue liderada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y contó con la ayuda de Irán, Turquía y Líbano, se llevó a cabo en dos etapas y por avión.

Por un lado, más de 100 rebeldes salieron de Al Zabadani, en el suroeste de Siria, en dirección a la frontera con Líbano; por otro, 350 combatientes y civiles de localidades chiitas asediadas en el noroeste del país se dirigieron hacia la frontera turca. Muchos de los evacuados estaban heridos o enfermos y fueron atendidos por voluntarios de la Cruz Roja libanesa y la Media Luna Roja siria. La ONU y gobiernos de otros países llevan meses intentando concretar treguas localizadas y acuerdos de corredores humanitarios como medidas previas a un pacto que permita poner fin a la guerra civil siria, que lleva casi cinco años, informó la agencia de noticias Reuters.

A pesar de los esfuerzos por encontrar una salida al conflicto, 32 personas murieron y otras 90 resultaron heridas ayer en una doble explosión -coche bomba y ataque suicida- que tuvo lugar en el distrito de Al Zahra, en Homs, según informó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos. De acuerdo con el gobernador de Homs, Talal al Barazi, el número de víctimas asciende a siete muertos y 25 heridos. En opinión de Al Barazi, los ataques pueden haber sido perpetrados por el Frente al Nusra, filial siria de Al Qaeda, o por el grupo jihadista Estado Islámico.