Estaba previsto que la instancia durara una hora y media, pero se extendió a dos. El periodista Carlos de Vega, que fue el moderador, empezó por explicar que Rajoy había declinado la invitación y que había propuesto que en su lugar debatiera la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría. Los organizadores no aceptaron porque se trataba de un intercambio entre posibles jefes de gobierno.

El debate se dividió en cuatro bloques temáticos, pero empezó con una pregunta que no estaba vinculada con ninguno: ¿España debería formar parte de una coalición internacional contra [el grupo jihadista] Estado Islámico [EI]? Rivera rompió el hielo y dijo que su país “debe formar parte de la coalición”, que Europa ya se unió para enfrentar al fascismo “y ganó”, y que ahora debe volver a unirse para “derrotar al terrorismo”. En su turno, Sánchez dijo que “Francia puede contar con la solidaridad de España” en la lucha contra el terrorismo, y opinó que “si vencieron a [el grupo armado vasco] ETA”, los españoles pueden vencer al jihadismo. Finalmente, Iglesias argumentó que para combatir a los jihadistas la solución no consiste en usar bombas, sino en sacarle “el agua al pez”, atacar sus “vías de financiación”. El líder de Podemos fue el único que se declaró a favor de que se someta a referéndum una eventual participación de España en los ataques contra EI.

El bloque referido a la economía se enfocó en particular en la política laboral y el desempleo. Rivera propuso un “complemento salarial del Estado para que las clases más desfavorecidas” puedan “llegar a fin de mes”, defendió que se establezca un “contrato único estable” para los trabajadores, en el que “primen el mérito y el esfuerzo”, y abogó por el apoyo a pequeñas y medianas empresas. Sánchez dijo que ese contrato único “pretende generalizar la precariedad; que si antes te despiden, menos cuesta”. Prometió que de llegar a la presidencia, revertirá lo “ocurrido durante los últimos años” y derogará toda la reforma laboral del PP, que llevó a “más paro [desempleo] y más desigualdad”.

Para Iglesias, no se puede confiar en que el PSOE vaya a derogar la reforma laboral porque lo que dice el partido “en campaña” no es lo que hace cuando gobierna. Sobre las propuestas de Podemos, hizo alusión a la lucha contra el fraude fiscal y a la transformación del modelo productivo mediante un “plan de transición energética” que cree puestos de trabajo y apueste por las energías renovables. Además, se refirió a un “programa de retorno de cerebros”, a crear “empleos de calidad”, apostar por las pequeñas y medianas empresas, permitir el acceso al crédito y pinchar las “burbujas inmobiliarias”.

Desde el público, preguntaron qué haría cada uno para que las mujeres y los hombres ganaran lo mismo en España. Las respuestas fueron escuetas. Rivera apuntó a la igualdad “entre maternidad y paternidad” y Sánchez, descolgado, habló de la ley de cuotas en el Parlamento. La respuesta más contundente fue la de Iglesias, que habló de un plan de empleo que su partido impulsa para mujeres mayores de 45 años, de permisos de maternidad y paternidad “iguales e intransferibles” para que los niños estén “16 semanas con el padre y 16 con la madre”, y de una ayuda económica extra a las familias monoparentales.

En el segundo bloque, enfocado en las políticas sociales, el candidato del PSOE se comprometió a construir un “gran pacto educativo” que incluye universalizar la educación “pública y laica” hasta los 18 años y en el que las becas se incorporen “como un derecho”. Para Rivera, el “pacto nacional por la educación” tiene que basarse en los derechos que garantiza la Constitución, y ser “de calidad” y con “igualdad de oportunidades”. Le dijo a Sánchez que “no basta con derogar todo lo que hizo el PP”, aunque ésa parece ser “su única propuesta”. Iglesias estuvo de acuerdo con Rivera en cuanto a que los derechos tienen que estar respaldados en la Constitución e insistió en que tanto el PP como el PSOE “rompieron el pacto que establece que todos tenemos el mismo acceso a la educación y a la sanidad pública”.

En el tercer bloque, sobre la política territorial, los tres interlocutores coincidieron en que la culpa por la situación de Cataluña la tienen Rajoy, por su “inmovilismo” ante los reclamos independentistas, y el presidente catalán, Artur Mas, por querer “romper el país”. Según Rivera, la solución es una reforma de España en la que se aclare qué políticas competen a cada administración: “Un proyecto común donde la mayoría catalana pueda sentirse incluida”, sostuvo. El candidato del PSOE también abogó por una reforma constitucional y dijo que la solución para el problema catalán no es “ni la autodeterminación ni el rupturismo”. El líder de Podemos propuso un referéndum para que sean los catalanes quienes decidan sobre su destino. “España es diversa y plurinacional. Estamos de acuerdo en que los catalanes puedan decidir su futuro votando, y lo dice alguien que no quiere que Cataluña se vaya de España”, afirmó, y recordó el ejemplo del referéndum en Escocia. Ante la propuesta de Iglesias, los otros dos candidatos replicaron: “Es tirar la toalla”.

La cuarta parte del debate, y la que más enfrentamientos provocó, planteaba dos preguntas: ¿cómo tienen que ser los políticos? y ¿cómo atajar la corrupción? Rivera propuso un “pacto nacional contra la corrupción”, que suprima el indulto por delitos de ese tipo e incluya una Fiscalía “que no esté al servicio del gobierno”. La lucha del PSOE contra la corrupción se llevaría a cabo creando leyes y medidas de castigo para frenarla y “potenciando recursos materiales a policías, jueces y fiscales”. Las propuestas que planteó Iglesias, que lamentó especialmente la ausencia de Rajoy mientras hablaban de corrupción, incluyen la “revocabilidad del presidente, porque si no cumple su programa es una vergüenza que esté cuatro años [en el poder]”; terminar con los “privilegios de ciertos políticos”; y que las donaciones a los partidos sean “transparentes”. Remató su participación señalando que en las filas de Podemos hay gente que, a pesar de “la ley mordaza del PP”, se jugó la libertad participando en manifestaciones, “a diferencia de otros partidos, que tienen corruptos en la administración”.

Según informó El País minutos después de terminado el debate, los espectadores consagraron a Pablo Iglesias como el ganador de la noche.