El líder de la bancada del PT en la Cámara de Diputados, Sibá Machado, reconoció que un proyecto de ley presentado por el Ejecutivo que reduce algunos derechos de los trabajadores no será aprobado tal como se presentó. El proyecto llegó al Congreso semanas atrás y hasta ayer se habían presentado 620 propuestas de enmiendas para modificarlo en mayor o menor medida. Dos tercios de estas enmiendas (412) fueron presentadas por diputados y senadores de la base aliada que conforman la bancada oficialista.

El proyecto presentado por Rousseff dificulta el acceso de los trabajadores a los seguros por desempleo, enfermedad, a las pensiones por muerte del cónyuge o de otro familiar y el abono salarial (el pago de un salario mínimo anual a los trabajadores que tienen ingresos mensuales menores a dos salarios mínimos).

El senador Lindbergh Farias, del PT, dijo que el gobierno “tiene que redireccionar su política” fiscal para “tributar a las grandes fortunas”. Opinó: “No podemos jugar con nuestras bases, estamos en conflicto con la CUT [Central Única de los Trabajadores] y las centrales sindicales”.

Los medios brasileños han recordado en estos días que durante la campaña presidencial, Rousseff aseguró que no atentaría contra los derechos de los trabajadores bajo ningún concepto, pero el 29 de diciembre, dos días antes de asumir su segundo mandato, presentó este proyecto de ley al cual se oponen los sindicatos. Si bien Rousseff manifestó que se trata de medidas “correctivas” y no de cercenar derechos, incluso dentro del PT se han escuchado críticas a estas iniciativas. El diputado Machado aseguró que “no hay manera” de que el proyecto sea aprobado en la Cámara de Diputados tal como fue enviado en el Ejecutivo.

Menos amigos

La popularidad de la presidenta y de su partido han caído de forma sostenida desde que comenzó su segundo mandato. Una encuesta de Datafolha publicada ayer mostró que sólo 12% de los brasileños dice que su partido favorito es el PT -que se mantiene como el más mencionado-, cuando hace sólo dos meses daban esa repuesta 22% de los consultados. La caída de la popularidad de Rousseff fue tanto o más abrupta: de 42% a 23% entre diciembre y comienzos de febrero, un descenso de 19%.

La caída, tanto del partido como de la presidenta, se puede atribuir a varias problemáticas que el gobierno ha enfrentado desde que comenzó este período de gobierno: una ola de calor produjo una sequía en San Pablo y Río de Janeiro, que a su vez causó una crisis energética y advertencias de un posible racionamiento del servicio de agua. A esto se suman el escándalo de corrupción de Petrobras, que tiene un seguimiento prácticamente minuto a minuto en los grandes medios brasileños, y las decisiones económicas que ha tomado el gobierno -entre las cuales las principales son el paquete sobre los derechos laborales y la suba de algunos impuestos-.

Las resistencias dentro del PT surgieron desde que en diciembre Rousseff anunció que nombraría como ministro de Hacienda a Joaquim Levy, un hombre vinculado con las políticas liberales y muy cercano a los mercados. Pero en las últimas semanas estas presiones internas han aumentado.

“Si no se hacen las reformas necesarias ni Lula salvará a la izquierda brasileña en 2018”, dijo en entrevista con la revista Carta Capital el presidente del PT en Río de Janeiro, Washington Quaquá. El partido “tiene que establecer una agenda de reformas populares para Brasil”, opinó, antes de señalar que el PT de Río de Janeiro “no seguirá siendo la línea auxiliar” del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB). Desde 2003 el PT ha respaldado a los candidatos del PMDB al gobierno de Río de Janeiro. La permanente alianza entre el PT y el PMDB ha sido criticada por varios líderes del partido, entre ellos el ex ministro de Lula y ex gobernador de Rio Grande do Sul Tarso Genro, que aseguró meses atrás que el PT se estaba deformando cada vez más para seguir aceptando las alianzas con el conservador PMDB.

Las relaciones entre los dos partidos vienen complicadas desde el año pasado, cuando un sector de diputados y senadores se declaró independiente al gobierno. El líder de ese sector, Eduardo Cunha, fue electo presidente de la Cámara de Diputados la semana pasada, pese a los intentos de evitarlo por parte del PT. A esto se sumó que ayer se conocieron los dos nombres que maneja el PMDB para liderar su bancada de diputados: Leonardo Picciani y Lúcio Vieira Lima, dos nombres que se opusieron a las órdenes de la dirección del partido y respaldaron la candidatura a la presidencia del opositor Aécio Neves, que compitió con Rousseff en segunda vuelta.

Reconocimiento

El presidente del PT, Rui Falcão, reconoció en la celebración de los 35 años de esa organización política que ésta necesita “un renacimiento” y “retomar los valores” de sus orígenes, de cuando era un partido “con vocación de poder y transformación de la sociedad y no un partido de ‘mejorismo’”. También alertó que el PT ha reducido su actividad política a lo electoral y que debe tener “mayor consistencia política e ideológica”, así como “combatir las señales de burocratización [dentro del partido], alejar el pragmatismo exagerado [en las alianzas electorales] y reforzar los valores de la ética en la política”.

Además, Falcão aseguró que si se busca un buen gobierno de Rousseff habrá que “reunir más fuerzas” que las del PT para lo cual llamó a crear un frente de izquierda.

En la celebración también habló Lula. Como Falcão, criticó que “el PT se convirtió en un partido igual a los otros” y acusó a los medios de llevar adelante una campaña contra el gobierno de Rousseff. “El criterio de la prensa es la criminalización del PT desde que llegamos al poder. No importa si es verdad o mentira. Lo que importa es la construcción de esa narrativa”, aseguró el ex presidente. También señaló que “ellos”, en referencia a la oposición y a los grandes medios brasileños, “quieren impedir que Dilma concluya su mandato”.

Citando fuentes cercanas a Rousseff, los medios brasileños informaban ayer que la presidenta se reunirá la próxima semana con el especialista en marketing João Santana y con Lula. Con ellos definirá una estrategia para enfrentar este mal momento de su gobierno. Para esos encuentros ya tiene algunas sugerencias de sus asesores, entre ellas dar más entrevistas, viajar más y, sobre todo, mejorar la comunicación de los logros de su gobierno. En este sentido, ayer Rousseff les pidió a sus ministros que se esmeren en comunicar las noticias más positivas que haya en sus áreas.