El enfrentamiento entre Gómez y la dirección del PSOE tiene varios antecedentes. Uno de ellos data de 2010, cuando él era el único precandidato a la presidencia de la Comunidad de Madrid hasta la aparición de la entonces ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, respaldada por la dirección del PSOE y por el presidente José Luis Rodríguez Zapatero, que intentó convencer a Gómez de que se retirara.

Las tensiones continuaron y en 2012, cuando el PSOE se disponía a elegir sus autoridades internas, la dirección respaldaba a pleno al ex vicepresidente Alfredo Pérez Rubal- caba, pero Gómez se inclinó por la ex ministra de Defensa, Carme Chacón.

En octubre de 2013, Gómez reclamó a la dirección del PSOE que convocara para febrero las primarias que había prometido realizar tras la debacle electoral de 2011. Esa votación se agendó para octubre de 2014, pero al final no tardaron tanto: Pérez Rubalcaba presentó su renuncia tras la derrota en las elecciones para el Parlamento Europeo, y en julio se votó en las reclamadas primarias. En ellas ganó el candidato de la dirección del PSOE, Pedro Sánchez.

Contexto ideal

Fueron varios los líderes del PSOE que intentaron destronar a Gómez, pero todo indica que puede ser Sánchez el que lo logre, beneficiado por dos investigaciones sobre la gestión de Gómez como alcalde de Parla, cargo que ocupó de 1999 a 2008.

Las investigaciones refieren a dos hechos independientes. Uno de ellos es la construcción de un tranvía, que se aprobó con un presupuesto inicial que después fue aumentado en dos ocasiones por el Legislativo local. El precio original era de 93,5 millones de euros y se incrementó en otros 36 millones, a los que hay que sumar 122 millones en intereses. Por este caso hoy son investigados tres técnicos del Ayuntamiento de Parla y 12 políticos socialistas madrileños. Entre ellos no está Gómez: él no estuvo presente en ninguna de las dos ocasiones en las que se aumentó el presupuesto inicial del tranvía, e incluso en la segunda ya no era alcalde.

La otra investigación refiere a la causa denominada Operación Púnica, en la que se investiga el presunto pago de sobornos a cambio de contratos públicos en distintos niveles del Ayuntamiento madrileño. Por este caso está imputado quien era el número dos de Gómez, José María Fraile, a quien el Partido Socialista de Madrid (PSM) ya expulsó por ese motivo.

“No estoy investigado. No se ha pedido nunca mi imputación”, subrayó ayer Gómez después de que trascendiera en los medios que la dirección federal del PSOE decidió expulsar a toda la dirección del PSM y nombrar a una gestora que se haga cargo de la filial hasta después de las elecciones. Esta comisión estará encabezada por el diputado por Madrid Rafael Simancas, que lideró el PSM antes que Gómez.

El encargado de justificar la decisión de desplazar al dirigente fue el secretario de Organización del PSOE, César Luena, quien dio dos motivos: “el deterioro grave de la imagen pública del PSOE en Madrid” por las investigaciones mencionadas y la “inestabilidad orgánica” del PSM. Detrás de este último argumento está el declive del PSOE en Madrid, tanto en cantidad de militantes como en porcentaje de votos en las últimas elecciones, algo que el PSOE atribuye a la dirección de Gómez y desvincula totalmente de la crisis que vive el socialismo en todo el país.

Luena indicó que en los próximos días se evaluará si se mantiene a Gómez como candidato del PSOE para presidir la Comunidad de Madrid en las elecciones municipales de mayo, pero todo indica que será sustituido por el ex ministro de Educación Ángel Gabilondo, que tiene una buena imagen y es cercano a la dirección federal del PSOE.

No y no

En una conferencia de prensa, Gómez, rodeado de sus allegados, afirmó sobre el líder de su partido: “Pedro sólo quiere el poder interno y ha cometido un error inmenso con consecuencias desastrosas para todo el PSOE en las próximas elecciones, especialmente para el socialismo en Madrid”. Dijo que una campaña de “la derecha” lo vincula con causas judiciales en las que él no es investigado, y que “el secretario general se sube a ese caballo” con el objetivo de “fortalecer” su “debilitado” liderazgo interno. “Esto sólo acaba de empezar”, advirtió Gómez, quien anunció que recurrirá a las instancias internas del PSOE para intentar revertir esta situación e incluso amenazó con ir a los tribunales españoles.

En el entorno de Gómez calificaron su expulsión de “antidemocrática”, “un golpe a la militancia madrileña” que respaldó la candidatura de este dirigente a la Comunidad de Madrid. No hubo internas, sino una entrega de avales en la que de 15.000 afiliados lo apoyaron 7.000.

Además, decenas de dirigentes y militantes del PSM protestaron ayer frente a la sede de la dirección federal del PSOE, dentro de la cual sesionaba la Comisión Permanente de la Ejecutiva del PSOE. Unos pocos dirigentes que salieron del encuentro, entre ellos Chacón y Eva Matarín -que integra el PSM-, se pronunciaron en contra de la medida adoptada por la dirección federal.