El gobierno y los militantes kirchneristas se volcaron contra la convocatoria, mientras que la oposición -incluyendo a medios, intelectuales, sindicatos opositores y hasta organizaciones como la Sociedad Rural- se ocuparon de defenderla.

En los primeros días de esta semana la marcha se convirtió en motivo de debate entre intelectuales. Un grupo liderado por los ensayistas Santiago Kovadloff y Beatriz Sarlo emitió un comunicado en el que manifiesta su respaldo a la convocatoria “ante la extrema gravedad de la situación institucional que atraviesa” el país. En declaraciones recientes Kovadloff, que integra la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA), dijo: “No es Nisman el que queda sin justicia. Es la nación que queda sin derecho a saber quién domina la realidad del país”. Por su parte, en una columna publicada en el diario La Nación, el sociólogo y constitucionalista Roberto Gargarella sostuvo, también convocando a participar en la marcha, que ésta es “grito, silencio y lágrimas ante la impunidad” por el caso de Nisman, que es investigado por la Justicia argentina.

En la marcha estaba prevista la presencia de varios referentes de la oposición política -Mauricio Macri, Sergio Massa, Hermes Binner, Ernesto Sanz, Julio Cobos, Elisa Carrió- que han asegurado y reiterado que pese a su participación no se trataba de una movilización con fines políticos. También estarían presentes Cecilia Pando, militante en defensa de ex represores presos por delitos de la dictadura, y representantes de la principal asociación empresarial del agro, la Sociedad Rural. El presidente de esta institución enfrentada con el gobierno, Luis Miguel Etchevehere, aseguró que “el campo va a acompañar”. Otras organizaciones que convocaban a la marcha eran Yo no voté a la kretina y ud.?, Salvemosalargentina y Cómo me puede la celeste y blanca.

Otros intereses

Intelectuales del grupo Carta Abierta, que simpatizan con el kirchnerismo, publicaron un texto dirigido a la Corte Suprema en el que le solicitaban a este organismo que frenara la marcha, a la que calificaron como una “evidente partidización política de los magistrados del Poder Judicial que pone en riesgo la vida institucional de un régimen democrático”. La agrupación argumentó que los fiscales estaban “sobreactuando actitudes opositoras” para tapar sus propias “incapacidades” e “intereses corporativos”.

Los intelectuales aseguran que los fiscales que promueven la marcha “han tenido activa participación” en bloquear iniciativas del gobierno y “han promovido a la judicialización de la política”. En el documento reclaman a los integrantes del tribunal que frenen la marcha y “sostengan la institucionalidad” para “preservar las garantías constitucionales para las autoridades legítimamente elegidas”. Afirman que “este partido judicial en gestación parece cumplir hoy el rol desestabilizador que en otros tiempos cumplieron las Fuerzas Armadas”.

Otros intelectuales, artistas, profesionales, políticos e integrantes del Poder Judicial adhirieron a otro texto que reunió el apoyo de 25.000 personas. Allí se señala que está en camino un “golpe blando” contra el gobierno y se rechaza “la parodia democratista de un pequeño grupo de fiscales, desprestigiados casi todos, apadrinados por los medios hegemónicos”. Este texto fue leído en Teatro del Pueblo el martes, con la presencia de algunos de los firmantes, entre los que se encuentran el ensayista Horacio González, el escritor y periodista Mempo Giardinelli, el dramaturgo Roberto Tito Cossa y el ex embajador de Argentina en Uruguay Hernán Patiño Mayer.

En el teatro, el intendente de Berazategui, Patricio Mussi, se refirió al pedido de Justicia que llevan a la marcha los fiscales y dijo: “Es como si yo llamara a una marcha para que tapen los pozos”. También presente, el ministro de Defensa, Agustín Rossi, cuestionó la participación de políticos en la marcha. “La oposición, de la que la corporación judicial forma parte, utiliza la trágica muerte de Nisman para posicionarse política y electoralmente”, dijo.

Un pronunciamiento de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata denunció el papel que han tenido “las corporaciones mediáticas” en “las maniobras de desestabilización puestas en marcha contra la democracia Argentina”. El texto señala: “El poder mediático concentrado es uno de los grandes articuladores de estas acciones antidemocráticas”.

Los fiscales convocantes han negado que los muevan intenciones políticas o de desestabilizar al gobierno, pero la politización de la marcha es tan evidente que a comienzos de esta semana recurrieron a la Policía para solicitarle que durante la movilización hubiera un cordón que los separara a ellos y a la familia de Nisman de los demás asistentes a la marcha, incluidos los políticos.

Internacionales

El respaldo y los ataques al gobierno de Cristina Fernández no sólo llegaban desde Argentina. En los últimos días los presidentes de Ecuador, Rafael Correa, y de Bolivia, Evo Morales, manifestaron su apoyo a la presidenta y respaldaron la teoría de que se está desarrollando un “golpe blando” contra su gobierno.

En la otra línea, representantes de la Asociación de Fiscales de Chile anunciaron que participarían anoche en la marcha junto a sus colegas argentinos, a raíz de una invitación de la Asociación Internacional de Fiscales -que se define como “apolítica”-. En cambio, la Asociación de Fiscales de Uruguay informó a la agencia Efe que no recibió ninguna invitación. Sí fueron convocadas en Uruguay dos movilizaciones, una frente a la embajada de Argentina en Montevideo y otra en Punta del Este.

Los medios argentinos críticos con el kirchnerismo destacaron desde la muerte de Nisman varias columnas y editoriales de periódicos estadounidenses, entre ellos The New York Times, The Washington Post y The Economist, que arremetieron contra el gobierno de Cristina Fernández, aseguraron que en Argentina existe “debilidad institucional” e incluso calificaron al país de “Estado fallido” y en algún caso responsabilizaron directamente a Fernández por la muerte de Nisman.

Fernández aseguró en un acto realizado ayer, antes de la marcha, que su gobierno “no permite que nadie le marque la cancha”. Tras referirse a la carta que el canciller Héctor Timerman envió a sus pares de Estados Unidos e Israel, Fernández pidió que otros “no trasladen al país conflictos que no son propios” de Argentina, y señaló: “Estoy con mucho orgullo porque puedo ir a cualquier país del mundo, incluso a esos países que tienen cárceles clandestinas, puedo ir a países donde lanzan misiles contra poblaciones civiles. Puedo ir ahí, pararme enfrente y decirles que en la Argentina impera la ley”.