Dos jueces rechazaron hacerse cargo de la denuncia que el fiscal de la causa AMIA, el fallecido Alberto Nisman, presentó contra la presidenta argentina, Cristina Fernández, y otros integrantes y allegados al gobierno. Antes de morir, Nisman los acusó de intentar encubrir a los iraníes sospechosos de haber cometido el atentado que en 1994 dejó 85 muertos en esa institución judía.

Nisman presentó su caso ante el juez Ariel Lijo, que tiene a su cargo la causa por encubrimiento que se abrió años atrás y que tiene entre los acusados al ex presidente Carlos Menem. Cuando el fiscal llevó el escrito al juzgado de Lijo éste estaba de licencia y lo recibió la jueza subrogante, María Servini de Cubría. Ella consideró que no había urgencia en tratar la denuncia y la dejó pendiente para que la evaluara Lijo a su regreso. Algunos medios han informado en estas últimas semanas que Lijo y Servini tienen un acuerdo por el cual se cubren mutuamente las licencias y no toman decisiones sobre las causas, excepto que se tengan que tomar medidas urgentes para, por ejemplo, evitar una fuga.

Con la muerte de Nisman, el 18 de enero, Lijo aceleró su regreso de la licencia para evaluar la denuncia que había presentado. Su primer anuncio fue que daría a conocer su decisión una vez terminada la feria judicial, plazo que se alcanzó ayer. Lijo se declaró incompetente para investigar esta causa, y argumentó que la denuncia presentada por Nisman no estaba vinculada con el expediente que él lleva adelante sobre el encubrimiento de la causa AMIA y que él no tiene potestades para abrir una nueva causa a su cargo, sino que debe atribuirse a un juez mediante un sorteo.

De esa forma el expediente fue a parar a la Cámara Federal, que es la responsable de sortear entre los distintos jueces una denuncia. En el sorteo salió el nombre del juez federal Daniel Rafecas, que está de licencia, por lo que llegó al escritorio del juez subrogante, Sebastián Ramos. Antes de dejar su oficina, Rafecas había dejado preparado un borrador para rechazar el expediente de la denuncia de Nisman y devolvérselo a Lijo. Fuentes citadas por la página web del diario La Nación indicaron que en ese borrador Rafecas señala que no es conveniente iniciar un nuevo caso por cuestiones de practicidad y celeridad, y que dos jueces investigando “hechos similares” pueden llegar a conclusiones contradictorias.

Tras el rechazo de Rafecas, presentado por Ramos, el expediente regresó a la Cámara, que puede optar por devolvérselo a Lijo o volver a sortearlo.