La Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) está haciendo las gestiones para que viajen a Venezuela los cancilleres de los tres países que se han encargado de promover el diálogo entre el gobierno y la oposición, los de Brasil, Ecuador y Colombia.

Esa comisión se reunirá con el presidente venezolano, Nicolás Maduro, “de acuerdo a la invitación que éste realizara en ocasión de la reunión en Montevideo el 9 de febrero”, afirmó un comunicado emitido el sábado por la cancillería de Uruguay, que ocupa la presidencia pro témpore de la Unasur. El comunicado no hace referencia al hecho político que centra la atención en Venezuela: la detención del alcalde metropolitano de Caracas. En declaraciones a la prensa, el viernes, el secretario general de la Unasur, Ernesto Samper, había indicado que en ese encuentro se analizarían “las posibles salidas” de la “situación” de Venezuela, que “preocupa” a los países de la región.

Por su parte, el secretario general de la Organización de los Estados Americanos, José Miguel Insulza, expresó su “alarma” por la situación venezolana y pidió que “se aclaren las denuncias” que ha realizado el gobierno de un presunto intento de golpe de Estado. Además, señaló que “nadie podría oponerse” a que se realicen los juicios que “la autoridad estime necesarios”, pero opinó que sería mejor, “dado el carácter político del caso, [que] los imputados enfrenten sus procesos en libertad”.

Ledezma fue imputado por los cargos de conspiración y asociación para el delito. Desde el día de su detención, el jueves, se encuentra en la cárcel militar de Ramo Verde, junto al líder opositor Leopoldo López, que la semana pasada cumplió un año en prisión.

El Estado venezolano, que es el denunciante en la causa que enfrenta Ledezma, tiene un mes y medio para terminar de formular la acusación y luego se decidirá si enfrenta o no un juicio. La Fiscalía informó que Ledezma fue detenido por “estar presuntamente incurso en hechos conspirativos para organizar y ejecutar actos violentos contra el gobierno democráticamente constituido”. El comunicado de la Fiscalía vincula al alcalde con dos estudiantes venezolanos que fueron detenidos en setiembre, tras ser expulsados de Colombia, acusados de “conspiración para la rebelión”.

Ledezma reconoció meses atrás que tuvo vínculos con los jóvenes Lorent Gómez Saleh y Gabriel Valles, que han sido relacionados por medios venezolanos y colombianos con representantes de la extrema derecha en ambos países, informó BBC. En setiembre el gobierno venezolano relacionó a los dos jóvenes con el ex presidente colombiano Álvaro Uribe, a quien el gobierno venezolano ha acusado en reiteradas oportunidades de estar detrás de planes para derrocarlo.

“Estamos derrotando un golpe apoyado y promovido desde el norte. La agresión del poder desde Estados Unidos es total y diaria”, dijo Maduro en su cuenta de Twitter. También serían parte de esta conspiración siete militares de la Fuerza Aérea venezolana, que fueron detenidos la semana pasada. El presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, informó el jueves de la detención de capitanes y tenientes de la Fuerza Aérea cuyo objetivo era, según dijo, atacar varios puntos del centro de Caracas con armas de diversos calibres que mostró como prueba. Cabello aseguró que los militares estaban esperando una señal de dirigentes opositores -nombró a Ledezma y a la destituida diputada María Corina Machado-, y que aguardaban un comunicado publicado en un medio de prensa de circulación nacional.

Ese mismo jueves se publicó en el diario El Nacional, de tendencia opositora, un comunicado firmado por Machado, Ledezma y López en el que pedían una “transición en paz” y aseguraban que el gobierno de Maduro “ya entró en fase terminal”. Estos tres dirigentes fueron los principales impulsores de las movilizaciones de febrero de 2014, que se convocaron bajo la consigna “La salida”, en referencia al final del gobierno de Maduro, cuyo mandato termina en 2019.

A raíz de esa convocatoria y de los enfrentamientos en el marco de las protestas, fue detenido López por “incitación a la violencia”. En ese entonces la esposa de López, Lilian Tintori, pidió a los venezolanos que no dejaran las calles, un pedido similar al que hizo ayer la esposa de Ledezma, Mitzi Capriles. Escribió en Twitter que el mensaje de su esposo era el siguiente: “El único modo de recuperar la democracia es estar en la calle. Hay que cuidar la calle”. Con este objetivo la MUD, que reúne a varios grupos opositores, convocó una serie de manifestaciones para los próximos días.

Para el viernes se convocó una movilización para reclamar la liberación de Ledezma. Allí Capriles se convirtió en la tercera mujer en vestir de blanco, sumándose a Tintori y a Machado, que han utilizado ese color en todas las manifestaciones opositoras desde antes de que López fuera detenido.

Antecedentes

Ledezma siempre negó estar involucrado en cualquier tipo de intento golpista. La semana pasada, cuando se conoció la última acusación del gobierno, aseguró por Twitter que “ya van 12 supuestos golpes de Estado. Aquí los que tienen el golpismo en los tuétanos son estos señores que están en el gobierno”.

En una entrevista con el diario La Verdad que fue publicada ayer, el abogado de Ledezma, Omar Estacio, aseguró que el alcalde de Caracas fue detenido porque un militar, que según dijo fue torturado, lo incriminó en un intento de golpe contra Maduro.

El secretario general de la MUD, Jesús Torrealba, aseguró que la detención de Ledezma “es una agresión que busca agotar el espacio de la política como mecanismo para la resolución de conflictos, y poner a la oposición a jugar en un marco distinto del de la democracia”. Agregó: “El gobierno ha perdido su base popular, ya no tiene respuesta económica ni política a la crisis, y ahora busca fomentar la violencia para desviar al país del escenario electoral”.

Ledezma ganó notoriedad en la política venezolana en 2008, cuando fue electo alcalde de Caracas, y también cuando emprendió una huelga de hambre, meses después. Tomó esa medida en protesta por una reforma institucional impulsada por el chavismo que creó el cargo de “jefe de gobierno de Caracas”, al que atribuyó la mayoría de las funciones que hasta ese entonces correspondían al alcalde.

Este dirigente no es el primer alcalde detenido en Caracas. Varios han sido involucrados en casos de corrupción y destituidos de su cargo. En el caso más reciente, en marzo de 2014 fueron detenidos Daniel Ceballos y Enzo Scarano, alcaldes de San Cristóbal y San Diego, respectivamente, ambos opositores. La Fiscalía los acusó de no haber cumplido con sus funciones de garantizar la libre circulación de vehículos en las calles al permitir que éstas fueran cortadas por manifestaciones opositoras.