La situación en Guyana empezaba a preocupar a algunos países. La Mancomunidad de Naciones (Commonwealth), de la que este país fronterizo con Venezuela es miembro, anunció en enero que estudiaba la posibilidad de sancionar a esa ex colonia británica por no convocar elecciones ni restaurar el Parlamento después de dos meses de una prórroga, decretada por el presidente Ramotar, el 10 de noviembre.
A mediados de enero, el alto comisario representante de Reino Unido en el país, Andrew Ayre, habló de la posibilidad de recortar las ayudas al desarrollo que la ex potencia colonial le vierte a Guyana. El jefe de la Secretaría de la Presidencia, Roger Luncheon, respondió que Ayre debía ser considerado “paria” y que el gobierno esperaba que regresara a Reino Unido, algo que ya estaba previsto que ocurriera ese mes, según informó la agencia de noticias Reuters.
El viernes fue la Unión Europea la que, considerando que esta situación dejaba al Estado guyanés sin control adecuado sobre sus gastos, anunció la suspensión de algunas de sus ayudas financieras al país caribeño. Esta medida implica el congelamiento de casi 44 millones de euros destinados a la producción azucarera y a la defensa.
Ese mismo día, Ramotar convocó a elecciones generales para el 11 de mayo y dijo que ese día espera “ganar la elección y recuperar la mayoría en el Parlamento”, según citó el diario estadounidense The New York Times.
En el actual Legislativo, que está suspendido y será disuelto mañana, la fuerza política del mandatario, el Partido Progresista del Pueblo (PPP) -que basa su supremacía histórica en los descendientes de inmigrantes de India, alrededor de la mitad de la población guyanesa- había perdido por poco la mayoría. El principal partido de oposición, explica Reuters, es la Asociación para la Unión Nacional, que representa a la población de origen africano. La tercera fuerza política, responsable del debilitamiento de Ramotar en el Parlamento, es la Alianza para el Cambio, que apunta a superar las divisiones étnicas. El PPP gobierna el país desde 1992 y Ramotar, un economista de 64 años, está en el cargo desde 2011. Las próximas elecciones estaban previstas para enero de 2016 y por lo tanto, se van a adelantar ocho meses.
En un discurso emitido por televisión en la noche del martes, Ramotar justificó su decisión. Dijo que ésta llega ahora debido a que “fracasó” su intento de diálogo con la oposición. Además argumentó que si no disolvió el Parlamento en noviembre, a pesar de las protestas de la oposición, fue debido a plazos legales que establece la ley de Guyana, para darles tiempo a quienes quisieran ser candidatos, quienes quisieran anotarse a las listas electorales pero no tuvieran documentos vigentes o para que quienes hayan cambiado de dirección tuvieran tiempo de regularizar su situación y pudieran votar.