Una semana después de ser electo, el gobierno griego dio detalles sobre sus intenciones. Durante una visita a París, el ministro griego de Finanzas, Yanis Varoufakis, dijo ayer, en una conferencia de prensa junto a su par francés, Michel Sapin, que mientras su país esté en negociaciones con sus pares europeos no pedirá más préstamos. “Fuimos electos para poner fin a la adicción” al endeudamiento, dijo el funcionario griego.

Aseguró que Grecia no quiere ampliar su actual acuerdo con la troika de la Unión Europea, el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), que termina el 28 de febrero. Además, pidió “tiempo para formular propuestas” (entre un mes y seis semanas) a los socios europeos respecto del pago de la deuda y también sobre otras cuestiones, como “la situación humanitaria” de su país y las políticas europeas en general.

Debido al vencimiento de bonos de deuda, el titular de Finanzas dijo que espera un acuerdo “beneficioso” con los otros países del bloque y con las instituciones financieras antes de fines de mayo. Sapin reiteró: “Todo lo que pueda aliviar la carga de deuda griega será bienvenido [...] pero, por supuesto, no se trata de cancelar la deuda griega”.

Varoufakis viaja hoy a Londres, donde se reunirá con el ministro de Finanzas británico, George Osborne, y mañana tiene previsto ir a Roma. Además, el ministro griego anunció que irá a Berlín y a Frankfurt, donde se encuentra la sede del BCE, para explicar la postura de su gobierno. También dijo que va a ir a Helsinski y a Madrid, ya que Finlandia y España -al igual que Alemania- son países cuyos gobiernos se oponen a renegociar el pago de la deuda griega.

La canciller alemana, Angela Merkel, dijo al diario alemán Hamburger Abendblatt que los acreedores privados de Grecia “ya [...] renunciaron a miles de millones” de deuda griega, por lo que “no ve” que sea posible un nuevo reajuste. A modo de respuesta, Varoufakis dijo ayer que ese renunciamiento privado había sido “excesivo y [que había llegado] demasiado tarde”. Según su punto de vista, el problema no es que la cantidad de dinero que se le dio a Grecia fuera insuficiente, sino que éste se pierde en un pozo sin fondo porque su país actúa “como un toxicómano”, debido a un programa de reformas mal concebido que lo hace dependiente de la ayuda exterior. Explicó que con la renegociación del acuerdo su gobierno buscará “reducir las pérdidas” para sus “socios”.

Varoufakis dijo que Grecia ya no cooperará con los inspectores de la troika que supervisan el rescate en Atenas, y el vicecanciller, Nikos Chountis, explicó que su gobierno quiere hablar con los líderes europeos y el FMI directamente, ya que es “insultante” tener que tratar con “tecnócratas” de menor rango.