Como respuesta al asesinato del piloto jordano Muaz Kasasbeh, cometido por el grupo jihadista Estado Islámico (EI), Jordania ejecutó ayer a dos jihadistas iraquíes que estaban condenados a muerte. Una de los ejecutados fue Sayida Rishawi, la mujer que EI pidió a cambio de la liberación de Kasasbeh, condenada a muerte por participar en un atentado cometido en 2005 en Amán. El otro ejecutado es Ziyad Karboli, un iraquí integrante de Al Qaeda condenado a muerte por asesinar a un jordano. No se descarta la posibilidad de que haya más ejecuciones, ya que Jordania trasladó a seis jihadistas a la cárcel en la que éstas suelen practicarse.

El rey jordano, Abdalá II, advirtió que habrá más acciones como parte de una “dura respuesta” a EI. También defendió la participación de Jordania en la coalición que enfrenta al grupo jihadista, decisión que ha sido criticada fronteras adentro. “Ese horrible crimen demuestra lo correcta que ha sido la actitud de Jordania de unirse a esta guerra contra el terrorismo”, dijo. Antes de que se conocieran las declaraciones del rey, el portavoz del gobierno, Mohammad al Momani, aseguró que la coalición internacional que bombardea las zonas que domina EI va a “intensificar los esfuerzos” para terminar con el grupo. En este sentido, estaba previsto para ayer un encuentro del secretario de Estado estadounidense, John Kerry, con los embajadores en Washington de los países que integran la coalición que lidera el gobierno de Barack Obama.

Las ejecuciones de condenados no parecen haber aplacado la voluntad de venganza de algunos jordanos por el asesinato de Kasasbeh, miembro de un influyente clan que es uno de los pilares en los que se apoya el reino de Jordania. El padre del joven de 26 años, Safi Kasasbeh, exigió al gobierno que tome más medidas. “Los jordanos exigen que el Estado y la coalición se venguen con golpes incluso más dolorosos [que las ejecuciones] para destruir a estos criminales”, sostuvo, antes de pedir “más ejecuciones de aquellos que siguen a este grupo criminal”.

Pero la ira no se limita a la familia del piloto ni al territorio jordano. El jeque Ahmed el Tayeb, gran imán de la institución Al Azhar, pidió en un comunicado “matar, crucificar y cortar las extremidades” de los integrantes de EI. Al Azhar es una institución con sede en El Cairo que cuenta con una mezquita y una universidad y es considerada una de las instituciones sunitas más influyentes y moderadas. En reiteradas ocasiones se ha pronunciado en contra de EI, pero en esta oportunidad los términos fueron más duros.

Tayeb se refirió al asesinato de Kasasbeh como un “acto terrorista cobarde” que merece “esos castigos que prescribe el Corán”. Entre otras cosas, señaló que al quemar vivo al piloto jordano, EI violó la prohibición del Islam de profanar los cuerpos “incluso en tiempos de guerra”.

En un comunicado firmado por la la Oficina de Investigación y Fatuas (edictos islámicos) de EI se intentó justificar el método utilizado para matar al piloto con la aplicación del “ojo por ojo”. En el texto se señalan distintos extractos del Corán para argumentar que si las bombas que lanzaba Kasasbeh provocaban muertes con fuego, era válido utilizar el fuego para terminar con su vida.