El plan griego está dividido en cuatro grandes áreas: políticas fiscales, estabilidad financiera, políticas de promoción del crecimiento y crisis humanitaria. En este plan se plasma el compromiso del gobierno de Alexis Tsipras de lograr el equilibrio presupuestario sin incluir recortes en las pensiones ni el salario de los funcionarios públicos. Adicionalmente, se decidió no subir el IVA sino otros tributos y se incluyeron medidas para combatir la denominada “crisis humanitaria”.

En materia fiscal el gobierno griego acepta ampliar los supuestos que configuran fraude fiscal -la evasión en Grecia es una de las más altas del continente-, así como el refuerzo en recursos humanos y en equipamiento de los organismos encargados de controlar la evasión. Asimismo, Grecia aumentará el control y la contención del gasto en todas las áreas de la administración pública y buscará mejorar la eficiencia del gasto en algunas áreas claves como educación, defensa, transporte, prestaciones sociales y en los gobiernos locales.

Si bien el control del gasto se aplicará también a la salud pública, se mantendrá el principio del acceso universal. Se buscará “consolidar” los fondos de pensiones, con el objetivo de lograr que haya ahorro, con incentivos para declarar el trabajo efectivo y luchar así contra el fraude hacia el sistema de seguridad social.

Otros elementos en la lista de compromisos son la lucha contra el contrabando de tabaco y gasolina y la reducción del número de ministerios, de asesores ministeriales y de legisladores. Sin embargo, el gobierno griego evita reimplantar una tasa básica de 23% en el IVA, que era uno de los reclamos de la troika, y la mantendrá en 13% para evitar su “impacto negativo” en la sociedad.

De todas maneras, se eliminarán “exenciones poco razonables” de este impuesto indirecto. El gobierno de Syriza ha preferido en su lugar modificar el impuesto sobre la renta y ampliar la lucha contra el fraude y la evasión fiscal como vía recaudatoria.

En materia fiscal, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) colaborará con el gobierno heleno en la detección de aquellas personas y empresas que optan por el incumplimiento estratégico de los pagos, separándolas de las que verdaderamente no pueden hacer frente a sus deudas. En particular, se buscará proteger a los hogares de bajos ingresos para evitar los remates de las primeras viviendas (no de las que se usan como viviendas de descanso), pero se perseguirá a los “morosos estratégicos”.

Acerca de las privatizaciones y activos públicos, el gobierno se compromete a no revertir las que ya se completaron, pero revisará las que están en curso y detendrá las que se estén por iniciar. También trabajará en recuperar los convenios colectivos y ampliar las posibilidades de ofrecer trabajos temporales a los desempleados de larga duración.

Esto es una crisis

Para combatir la “crisis humanitaria” el Ejecutivo presentó las líneas generales de un plan que proporcionará “acceso a la alimentación, la vivienda, los servicios sanitarios y el suministro de energía básico”, por ejemplo mediante la entrega de cupones para alimentos, que según afirma “no tiene ningún efecto fiscal negativo”.

La entrega de este plan era el último paso necesario para que el Eurogrupo autorizara definitivamente la prórroga por cuatro meses de la asistencia financiera a Grecia. Si las medidas permiten finalizar la quinta y última revisión del programa de reformas y ajustes asociado al rescate griego, se podría proceder al desembolso de 1.800 millones de euros pendientes del rescate.

Esa finalización también haría posible una transferencia de 1.900 millones de euros que Grecia reclama al BCE procedentes del rendimiento de los bonos griegos.

El que se mostró más cauto al evaluar las medidas propuestas por Grecia fue el presidente del BCE, Mario Draghi. Si bien consideró que la lista de medidas cubre “un amplio campo de áreas de reformas” y son “suficientemente completas”, aclaró que es “un punto de partida válido para una conclusión exitosa de la revisión”. Además, dijo que llamaba “de nuevo a las autoridades griegas a actuar rápidamente para establecer la cultura de pago y abstenerse de cualquier acción unilateral en el sentido contrario”.

Draghi dijo que las autoridades griegas no habían podido elaborar propuestas y compromisos concretos que pudieran “ser valorados por las instituciones respecto a crecimiento, finanzas públicas y estabilidad financiera”. Tal “como esperábamos”, señaló. “Dado el limitado tiempo disponible, esto es comprensible”, matizó el presidente del BCE.

Advirtió que “la base para concluir la revisión actual y también para acuerdos futuros serán los compromisos existentes en el actual Memorando de Entendimiento y el Memorando de Políticas Financieras y Económicas” y afirmó que “los compromisos descritos por las autoridades difieren de los compromisos del programa existente en un número de áreas”. Ante esto, Draghi entiende que durante la revisión del plan se deberá valorar si las medidas que no son aceptadas por las autoridades son sustituidas por medidas “de igual o mejor calidad en términos de lograr los objetivos del programa.

Las negociaciones amenazaron con llevar a Grecia a la bancarrota, pero sus eventuales quiebra y salida del euro podrían haber generado enormes problemas al resto de los países del área, particularmente a aquellos que culminaron recientemente dolorosos programas de ajustes. Estas consecuencias eran conocidas por las dos partes y quizá por eso no primaron las posiciones intransigentes sino las proclives a la cooperación.

El plan presentado ayer y su aceptación son resultado de esa cooperación, en un juego en el que las amenazas estuvieron presentes pero no se cumplieron. Como en la Teoría de Juegos que se enseña a los alumnos de economía en sus cursos de grado y cuya aplicación excede los temas económicos. Aquella que Yanis Varufakis conoce cabalmente entre otras cosas por ser coautor junto a Shaun Hargreaves de “Algo de evidencia experimental sobre la evolución de la discriminación, cooperación y la percepción de justicia”, publicado en 2002 en la prestigiosa revista académica Economic Journal.